La tarde del 3 de febrero fue un momento muy esperado para la comunidad gitana de Vera: El obispo venía a dedicar la «Ermita de los gitanos» (como es conocida popularmente en la localidad veratense) a María, Madre de los Pueblos y al Beato Ceferino Giménez «el Pele», primer beato gitano de la Iglesia Católica.
La antigua escuela, donde la comunidad de etnia gitana aprendió a leer y escribir gracias al servicio y entrega de D. Ángel de Haro y Sor Rufina, hija de la caridad, hoy ha sido reconstruida (ya que se había quedado incluso sin tejado) para que sirva de lugar de reunión y oración para este populoso barrio de la ciudad. Así, a partir de la semana próxima, se celebrará la Eucaristía todos los sábados para atender de manera más cercana a todos los cristianos del barrio.
La misa estuvo celebrada por D. Adolfo González Montes y concelebrada por el párroco de la localidad, D. Carlos Mª Fortes y se desarrolló en un ambiente festivo y flamenco para honrar a María y al beato Ceferino Giménez