El centro de Málaga cuenta desde hace pocos días con un lugar de oración, de silencio y de recogimiento, donde elevar el corazón a Dios y dejarse amar por Él. Se trata de la iglesia del Santo Cristo de la Salud, dedicada a la adoración eucarística desde la reapertura tras su restauración.
La iglesia del Santo Cristo de la Salud volvió a abrir sus puertas el 8 de enero de este año. Su restauración ha sido posible gracias a un convenio de colaboración entre la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, la Fundación Caja Madrid (hoy Fundación Montemadrid) y el Obispado de Málaga.
Las Misioneras Eucarísticas de Nazaret son las encargadas del cuidado del templo y de promover actividades de formación. Una de ellas, la hermana Mónica Maldonado Jaimes, explica que «para nosotras es una gracia y una bendición, estar ante Jesús, vivir nuestra espiritualidad eucarística y buscar que la gente se vaya acercando a Jesús, como un medio de apostolado. Y así, llevar el mensaje que nos dejó nuestro fundador, el beato Manuel González, para que la Eucaristía fuera conocida, amada y reparada por todos. Para nosotros es una gracia y la gente viene muy contenta».
Durante la homilía pronunciada por D. Jesús Catalá, en la Eucaristía celebrada con motivo de la restauración, afirmó que «en esta iglesia del Santo Cristo permanecerá el Santísimo Sacramento, presencia real de Cristo resucitado, para ser adorado. ¡Venid a darle gracias! ¡Venid a adorar al Señor del mundo, a nuestro Salvador! ¡Venid a expresar vuestro amor a quien ha ofrecido su vida por todos nosotros y por todos los hombres! ¡Venid a encender vuestro corazón con el fuego del amor de Dios!».
Beatriz Lafuente
