Este domingo se ha inaugurado en la Catedral de Sevilla el Año de la Misericordia. La Archidiócesis lleva varios meses ultimando los detalles de una programación orientada a redescubrir el valor del perdón y recuperar el sentido de las obras de misericordia. El sacerdote Adrián Sanabria, vicario episcopal para la Nueva Evangelización, que coordinó los actos diocesanos con motivo del Año de la Fe, ha sido encomendado para todo lo relacionado con este Jubileo en la Archidiócesis.
Sitúenos ¿Por qué ahora este Año Santo?
El Papa ha convocado el Año de la Misericordia por cuatro motivos fundamentales. En primer lugar desea que los cristianos fijemos los ojos en Jesucristo para que seamos signos de la misericordia del Padre. Además es una llamada fuerte a la conversión, recuperando ese deseo de convertirnos al Padre, de recuperar el sacramento de la confesión y, así, experimentar la misericordia del Padre hacia nosotros. En tercer lugar es una llamada a redescubrir las obras de misericordia; al vivirlas y tenerlas en cuenta estaremos siendo misericordiosos. Y, finalmente, porque estamos celebrando el 50 aniversario de la finalización del Concilio Vaticano II.
El Papa plantea un encuentro con la misericordia de Dios ¿Cómo debería ser este encuentro?
Redescubriendo el sacramento del perdón y viviendo las obras de misericordia.
¿Alguna novedad en este tema?
El Santo Padre ha planteado un gesto precioso y de cierta apertura para este año: que los sacerdotes puedan perdonar aquellos pecados que están reservado a los obispos, en concreto el aborto. Actualmente nosotros no podemos dar la absolución directamente cuando alguien se arrepiente de haber abortado o incitado a alguien para abortar. Si alguien viene en esas condiciones tenemos que citarlo al día siguiente para poder hablar antes con el obispo y que éste nos autorice a perdonar el pecado y aplicar la penitencia que él crea oportuna.
¿A qué se debe esta medida?
El Papa quiere que lo esencial sea la gracia del perdón, poniendo facilidades. Otro gesto sería la continua invitación al encuentro íntimo con el Señor, y queremos intentar que los fieles continúen teniendo una fuerte experiencia de Dios.
Don Adrián, ¿cómo casan misericordia y justicia?
Contesto con un ejemplo. Siempre me llamó la atención el atentado contra San Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro. Al mes y medio fue el Papa a visitar al que había atentado contra él. Más tarde dijo que ese hombre tenía que cumplir su condena, pero él quería darle su perdón porque más grande es la misericordia de Dios. A los 25 años, cuando salió de la cárcel aquél hombre quiso ir a rezar ante la tumba de San Juan Pablo II. Él comentaba que le había interpelado mucho cuando el Papa fue a ofrecerle su perdón. Dice Francisco en la bula que cuando ponemos misericordia a la hora de aplicar la justicia hacemos que el que ha fallado sienta una llamada a examinarse, convertirse, rectificar y creer.
¿Cómo se concretan las obras de misericordia en iniciativas diocesanas?
El Papa habla de que tengamos un gesto de misericordia, y queremos que los fieles de la Archidiócesis descubramos que siendo misericordiosos con los demás, compartiendo nuestros bienes, estamos dignificando al otro.
¿En qué se concretará ese gesto diocesano?
Se va a crear un Centro Diocesano de Empleo gestionado por Cáritas Diocesana para los parados con menos recursos y formación. Estará en las antiguas instalaciones de la Fundación Forja XXI, y es deseo del Arzobispo y su Obispo auxiliar que todas las colectas de los actos jubilares y las aportaciones de las personas que peregrinen se destinen a ese proyecto.
¿Nada escapa al Año de la Misericordia en la Archidiócesis?
Cada delegado episcopal está preparando un encuentro jubilar en su sector. La Delegación de Juventud preparará los actos con los jóvenes, la de Catequesis con los catequistas, etc. Pretendemos que cada delegación celebre un acto jubilar en alguno de los siete templos designados. Además, cada parroquia peregrinará al templo que elija.
¿Qué son las ’24 horas con el Señor’?
Será los días 4 al 5 de marzo, en plena Cuaresma, y estará expuesto el Señor 24 horas en los templos jubilares. Queremos que los jóvenes estén en vela esa noche, celebraremos la Eucaristía en la Catedral, caminaremos a los templos jubilares y terminaremos en los Salesianos… con un chocolate.
Y está la cita con el Señor del Gran Poder
Ese acto en noviembre es algo muy esperado. Ya se ha visto nada más conocerse la noticia.
¿Qué aporta la indulgencia plenaria al perdón?
Cuando un penitente se confiesa inmediatamente ese pecado queda cancelado. También es verdad que el pecado deja una huella negativa en el hombre, permanece en nuestros pensamientos… Es como si no se hubiese eliminado del ‘disco duro’. La misericordia de Dios se transforma en indulgencia del Padre que, a través de la Iglesia, alcanza al pecador. Por muy grande que sea el pecado, mayor es la gracia del Padre.
¿Cómo se consigue?
Peregrinando, confesando los pecados, rezando por las intenciones del Santo Padre, celebrando la Eucaristía y teniendo una actitud de conversión.
¿Con qué criterios se han designado los siete templos jubilares de Sevilla?
Además de la Catedral, hemos querido que sean cuatro basílicas –Gran Poder, Macarena, Cristo de la Expiración y María Auxiliadora- y dos santuarios de devoción para los fieles –Loreto y Consolación-, que no sean parroquias, que se pueda acceder con facilidad, que se comprometan a estar abiertos todos los días y que haya un confesor.
¿Redescubriremos el concepto de peregrinar?
Espero que sí. Yo sé de mucha gente que va a venir desde pueblos, dejando lejos el autobús para ir caminando al templo elegido. Hemos encontrado mucha receptividad y entusiasmo.