El pasado jueves, 5 de noviembre, se celebraba la eucaristía por los sacerdotes fallecidos a lo largo de este año: D. Juan Párraga Barranco, P. Arturo Curiel Pozas (osst), P. Saturnino Gómez Gorgojo (osst) y D. José González Amaro.
Dicha eucaristía, que tuvo lugar a las 13h en el templo del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Jaén, estuvo presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo, y concelebrada por el Sr. Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas; el Vicario de Pastoral, D. Francisco Rosales; y otros sacerdotes diocesanos.
«Todos los sacerdotes de una diócesis estamos unidos por una infinita fraternidad sacramental, gracias a nuestra común consagración y misión. El presbiterio diocesano es una manifestación de esa fraternidad sacramental y expresión concreta de la familia sacerdotal de una diócesis. Esta fraternidad no se rompe ni se destruye con la muerte, sino que entra en una fase nueva. Por ello, ningún sacerdote puede ser ajeno al amor y ayuda de los demás sacerdotes mientras vive, sobre todo en sus enfermedades y momentos difíciles, pero también después de haber terminado el curso de nuestra peregrinación por este mundo», apuntaba el Sr. Obispo durante su homilía.
«Es lógico, por tanto, que de forma especial en este mes de noviembre, después de haber encomendado a todos los fieles difuntos, nos reunamos hoy para rezar por todos los sacerdotes, obispos y presbíteros seculares y religiosos, que desgranaron su vida a favor de los fieles de esta Iglesia del Santo Reino de Jaén. Lo hacemos de un modo especial, como en años anteriores, por los que llamó Dios de forma definitiva en este último año, y lo hacemos con la celebración eucarística, porque con palabras del Concilio Vaticano II, «al celebrar el sacrificio eucarístico nos unimos de modo más eminente al culto de la Iglesia celestial en una misma comunión» (LG 50)», continuaba Monseñor.
A la ceremonia asistieron, además, los familiares y amigos de los sacerdotes difuntos y los miembros de la curia diocesana.