La capilla mayor del Seminario Metropolitano de Sevilla se llenó el pasado domingo para acoger la ceremonia de ingreso de los nuevos seminaristas del curso 2015-2016. Un total de 21 jóvenes han dado el paso en nuestra Archidiócesis para seguir a Jesucristo en el camino del sacerdocio, ocho en el Seminario mayor, cuatro en el menor y siete en el Redemptoris Mater. Estuvieron acompañados por sus familias, amigos y párrocos y comunidades parroquiales de origen.
El acto se desarrolló en una Eucaristía que comenzó a las ocho de la tarde, presidia por mons. Juan José Asenjo, Arzobispo de Sevilla, que destacó en su homilía el valor del signo que le iba a entregar a los nuevos seminaristas mayores, el de la cruz de Cristo, «que no deben rehuir nunca». El Arzobispo recordó que la cruz, seña de identidad del cristiano, es también signo de servicio al Pueblo de Dios desde el sacerdocio, que no es ningún derecho, sino una elección directa de Dios, quien tiene la iniciativa en su llamada. A todos ellos (también a los seminaristas más veteranos) los animó a que se esfuercen para completar una sólida formación humana, espiritual, pastoral y teológica, para ser sacerdotes íntegros que puedan responder a su misión.
Entrega de cruces y pergamino de ingreso
Después de la homilía el arzobispo impuso las cruces a cada candidato, y entregó el pergamino de ingreso a los seminaristas que van a comenzar su formación en el Seminario Menor. Todos juntos recitaron la oración de consagración, en la que se comprometieron a «dedicar la vida al servicio del Reino de Dios, sirviendo a la Iglesia y a los hombres», y en la que dieron las gracias a todas las personas que han colaborado en su vocación.
Al finalizar la Eucaristía, don Juan José agradeció al equipo formativo de los seminarios su labor, y tuvo palabras de cariño para las familias de los nuevos seminaristas. A todos los presentes los exhortó a trabajar activamente en la pastoral de las vocaciones, que es «una de las principales urgencias de la Iglesia».
Manuel Jiménez, director espiritual del Seminario Menor, destacó al término del acto el carácter emotivo de una celebración en la que «la Archidiócesis de Sevilla da gracias a Dios por estos 21 nuevos frutos vocacionales, aunque sigue rogando al dueño de la mies que siga mandando obreros a su mies».
