Este año la Pascua del Enfermo lleva por lema «Sapientia cordis. Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies» (Jb 29,15). Esta jornada se celebrará el hoy domingo 10 de mayo en toda la Iglesia.
En su discurso, el Papa Francisco recuerda que las palabras de Job, «Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies», ponen en evidencia la dimensión de servicio a los necesitados de parte de este hombre justo, que goza de cierta autoridad y tiene un puesto de relieve entre los ancianos de la ciudad. Su talla moral, afirma el Papa, «se manifiesta en el servicio al pobre que pide ayuda, así como también en el ocuparse del huérfano y de la viuda».
Cuántos cristianos, apela el Sumo Pontífice, dan testimonio también hoy, no con las palabras, sino con su vida radicada en una fe genuina, y son «ojos del ciego» y «del cojo los pies». Personas que están junto a los enfermos que tienen necesidad de una asistencia continuada, de una ayuda para lavarse, para vestirse, para alimentarse.
El tiempo que se pasa junto al enfermo, afirma el Prelado de Roma, es un tiempo santo. Es alabanza a Dios, que nos conforma a la imagen de su Hijo, el cual «no ha venido para ser servido, sino para servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mt 20,28). Jesús mismo ha dicho: «Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve» (Lc 22,27).