Numerosos sacerdotes venidos desde diferentes lugares de nuestra diócesis se congregaron este miércoles 6 de mayo, en La Orotava para celebrar la festividad del patrón del clero, San Juan de Ávila. En la jornada de este año, se quiso honrar a la figura del Padre José Torres Padilla, nacido en San Sebastián de La Gomera, quien fuera director espiritual de Santa Ángela de la Cruz.
Por tal motivo, Teodoro León Muñoz, vicario general de la archidiócesis de Sevilla, impartió una charla sobre la figura sacerdotal del Padre Torres Padilla. Teodoro, que es el postulador de la causa de su canonización iniciada el 5 de mayo de 2014, indicó que Torres Padilla merece ser reconocido como santo porque vivió las virtudes cristianas en grado heroico. «El Padre Torres Padilla vivió en gracia de Dios. Por eso sus actos lo santificaban» -indicó León Muñoz para añadir que de las virtudes espirituales que más destacaba del sacerdote natural de La Gomera era la pobreza. «En Sevilla pudo vivir ostentosamente y rodeado de lujos. Sin embargo, vivió y murió pobre. Incluso, antes de la fundación del Instituto de las Hermanas de la Cruz, tuvo que mendigar para poder vivir porque todo lo que tenía, lo daba. La limosna la practicaba con una doble intención: socorrer el cuerpo necesitado del pobre, pero también salvar su alma. Su ideal siempre fue el de evangelizar a los pobres» -concluyó el vicario general de la archidiócesis de Sevilla.
Seguidamente, tuvo lugar uno de los momentos más emotivos de la jornada. Un sencillo acto en el que se homenajeó a los presbíteros que este año cumplen sus bodas de oro y de plata sacerdotales. Concretamente, quienes están celebrando sus 50 años de ordenación son: Antonio Hernández Oliva, Carlos Arceniega, José González Luis, José Antonio González Luis, José Antonio Zafra, José Hermógenes, Manuel Lorenzo, Rufino Pérez, Santiago Cruz y el paúl Luis Carbo. Asimismo, quienes celebran este año sus 25 años como presbíteros son: Antonio Manuel Pérez Pérez, Francisco Ignacio Hernández, Gabriel Morales, Juan Manuel Yanes y Juan Ramos.
En nombre de los sacerdotes que cumplen 50 años de servicio ministerial habló José Hermógenes quien expresó que «cada uno tenemos una rica y bendita experiencia acumulada. Seguro que con aciertos y fallos pero siempre con nuestro deseo de servir y construir una Iglesia que es nuestra madre y, en cierta forma, nuestra hija. Todos estos años han merecido la pena» -añadió Hermógenes recogiendo el sentir unánime de sus compañeros.
Por otro lado, Juan Manuel Yanes, fue el portavoz de los sacerdotes que cumplen 25 años de ordenación. Yanes dio gracias a Dios por haberles regalado la vida, la fe y el sacerdocio. «Desde que nos ordenamos nos comprometimos a reunirnos todos los años y puedo decir que el Señor nos sigue conservando el celo pastoral y el celo de llevar a Cristo a los demás». Por último, Yanes se dirigió a los seminaristas para expresar que vale la pena ser cura. «Cuenten siempre con nuestra ayuda y con nuestra oración» -concluyó.
La celebración de esta festividad del patrón del clero finalizó con la concelebración de la Eucaristía, en la parroquia de La Concepción. La homilía del obispo estuvo centrada en la virtud de la obediencia, a la luz de la lectura proclamada y de algunos textos.