La noticia se hacía pública ayer durante la Misa Pontifical en el día de la Vera Cruz.
«¡Caravaca, despierta a la fe, ponte en pie y anuncia el tesoro de gracia que has recibido! Pido a Dios que al venerar el signo de la Cruz, os conceda el Señor un corazón grande para amar, capacidad para percibir las necesidades de los hermanos y la fuerza necesaria para ayudarles», así se dirigía ayer Mons. Lorca a los caravaqueños en el día grande de sus fiestas patronales en honor a la Santísima y Vera Cruz, en la parroquia de El Salvador de Caravaca.
La Vera Cruz abandonó su basílica menor-santuario en la tarde del 2 de mayo para permanecer entre los caravaqueños hasta la tarde del día 5, cuando de nuevo regrese en procesión hasta el castillo.
Durante la Misa Pontifical se anunció que la parroquia de El Salvador de Caravaca podría recibir una reliquia de la sangre de San Juan Pablo II, a petición del párroco de Santo Tomás Moro de Obertshausen (Alemania), quienes cuentan ya con una reliquia.
La Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz y la parroquia de El Salvador de Caravaca se hermanaron con las iglesias católicas de Santo Tomás Moro y Sagrado Corazón de Jesús de Obertshausen el 9 de diciembre de 2012. La formalización de este hermanamiento corrió a cargo del entonces Hermano Mayor de la Cofradía, D. Pedro Pozo Martínez, y los párrocos alemanes, D. Norbert Hofmann y D. Hans König.
D. Norbert Hofmann explicó que en 2012 visitó Caravaca durante las fiestas y que la buena acogida hizo que regresara el pasado año con un grupo de 46 peregrinos. Explicó que dos días después de regresar a Obertshausen recibió la noticia de que le era concedida una reliquia de sangre de San Juan Pablo II por parte de la Diócesis de Cracovia. «Como por el hermanamiento estamos más cerca y más unidos, como hermanos, se me ocurrió pedir una reliquia de la sangre para Caravaca». Para la concesión era necesaria la firma del párroco de El Salvador. Con este motivo D. Jesús Aguilar envió un escrito al cardenal Mons. Dzimisz de Cracovia a través de los sacerdotes D. Diego Martínez y D. Pawel Bogdan.
Además, el sacerdote alemán ha creado, con la ayuda de sus feligreses, una fundación para que los jóvenes caravaqueños puedan viajar a Obertshausen para formarse o trabajar. La fundación tomó el nombre de San Juan de la Cruz, por la vinculación del fraile carmelita con Caravaca, y comenzó a funcionar con la colecta realizada el 28 de julio de 2014 con motivo de la celebración de la llegada de la reliquia de sangre a la parroquia de Santo Tomás Moro. «En Obertshausen, que se ha convertido en ciudad de peregrinación, disponemos ya de cuatro puestos de formación para jóvenes de Caravaca de la Cruz».