El pasado sábado, el Seminario Mayor de San Fulgencio celebró la fiesta de su patrona Santa María Reina de los Corazones, la Señora, y la tradicional consagración que a Ella realizan los seminaristas del primer curso y los sacerdotes que se incardinan en la Diócesis.
En la Solemne Eucaristía, el Obispo de Cartagena habló del sentido especial que tiene para los nuevos seminaristas y sacerdotes este día: «Para los seminaristas que os consagráis os espera un futuro de esperanza, para los sacerdotes que renovamos las promesas es una llamada a la exigencia del compromiso y a la limpieza de la entrega a Dios y a su obra».
Durante la homilía, Mons. Lorca se refirió a María como modelo de fe que se «abre al don de la salvación definitiva» al acoger la palabra del ángel y del Magníficat como «síntesis de la historia de la salvación, es un canto de esperanza de la que María se hace portavoz».
Además, animó a los seminaristas y sacerdotes presentes a leer el documento «Iglesia, servidores de los pobres» que ha publicado Conferencia Episcopal Española, tras la última Asamblea Plenaria: «Os ruego que lo leáis, porque os ayudará a ir encajando el papel que debe cuidar un sacerdote hoy, cuando estamos rodeados de tantas necesidades y nosotros debemos ser un punto de luz para los hermanos, para que encuentren en sus vidas al Señor».
Durante la celebración, el seminarista de menor edad, de los nuevos consagrados, introdujo en el corazón de la Señora un papel con el nombre de los seminaristas y sacerdotes consagrados ese día.