El 25 de marzo, fiesta de la Anunciación, la Diócesis da gracias a Dios por el don de cada vida humana con una Eucaristía en la Catedral a las 19.00 horas.
La Jornada por la Vida de este año está centrada en defender, especialmente, la vida más vulnerable, débil e indefensa. Así lo muestra el cartel protagonizado por una pequeña con Síndrome de Down. Es una «campeona de la vida», y así lo afirman los obispos españoles en su mensaje para este día. «Las personas con discapacidad son personasgrandes, capaces de darlo todo,que reflejan los valores másgenuinos del ser humano. Son muchos los testimonios de familias que afirman «que sus hijos «especiales» son fuente defelicidad en sus casas, verdaderotestimonio de amor y esperanza,y que ayudan a crecer en humanidad a todos los miembros de la familia».
El delegado diocesano de Pastoral Familiar, Fernando del Castillo, alerta del peligro
que supone «crear más muros invisibles excluyendo a aquellos que experimentan día a día la fragilidad, el dolor y la limitación física o psíquica. Las personas discapacitadas son un ejemplo para nosotros por su esfuerzo,su tesón y sus ganas de vivir; a pesar de tanta fragilidad, nos dan un claro testimonio de lo verdaderamente humano. Ellos nos enseñan con su vida a mirar la vida desde otra perspectiva, superando miradas sutilmente pragmáticas y utilitarias, pero al final descaradamente egoístas».
Del Castillo asegura: «La calidad de vida humana no se mide tanto por criterios de confort como por el respeto que tenemos hacia los más débiles y necesitados. En estas situaciones, en ocasiones muy complicadas y duras, la familia es el mejor «espacio» para ellos, porque es donde se sienten amados, valorados, acompañados en su dolor y ayudados diariamente en su fragilidad».