«Da mihi animas», el canto para el Bicentenario del nacimiento de Don Bosco, resonó de fondo mientras Embajadores, miembros de las delegaciones de las Naciones Unidas, salesianos, estudiantes y colaboradores, representantes de las organizaciones de la sociedad civil y líderes religiosos y laicos hacían su entrada en el pabellón 4 de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el 5 de marzo. Estaban allí para asistir a una fiesta en honor del carisma salesiano, con motivo del Bicentenario del nacimiento de Don Bosco.
Se trataba del tercer evento que tuvo lugar en las Naciones Unidas para resaltar el carisma salesiano en ocasión del Bicentenario, esta vez con el tema «Responder a las necesidades de los jóvenes y de los que viven en la pobreza: una respuesta salesiana a múltiples dimensiones» (disponible en Internet).
El cardenal salesiano Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, fue una vez más el orador principal. Desafió a los presentes a ser proféticos en el afrontar los retos de nuestro tiempo y ha centrado su discurso sobre el derecho humano al agua y a los servicios higiénicos.
A continuación, intervino el P. Juan de la Cruz Rivadeneira, SDB, que presentó el impacto de las industrias extractoras sobre la vida, la salud y la cultura del pueblo Shuar en Ecuador. En esas regiones el agua es desviada de las necesidades de las poblaciones para ayudar a administrar y mantener las nuevas industrias que están devastando el medio ambiente y la salud de los Shuar.
En nombre del Sr. Sam Kutesa, Presidente de la 69ª sesión de la Asamblea General, habló el honorable Embajador Arthur Kafeero, Jefe de Gabinete, quien agradeció a los salesianos por su dedicación, desde hace más de 25 años, a los jóvenes de Uganda.
Mons. Bernadito Auza, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, destacó el papel de los salesianos como educadores, especialmente de los jóvenes marginados o excluidos, y subrayó sus presencia en 132 países.