El pasado sábado 20 del corriente comenzó el programa de visita del Obispo diocesano a la parroquia de San Roque con la extensa reunión que comenzó a la hora, que vienen siendo toda la semana a las diez y media de la mañana, para terminar pasado el mediodía. Se trataba de evaluar los primeros resultados de la visita pastoral. La reunión tenía por escenario la casa residencia de la comunidad de los PP. Marianistas, a quienes la diócesis confío hace años —como ya se ha dicho— la dirección y gestión del Colegio «Nuestra Señora de la Chanca», en el paraje de La Colamina como todo el mundo conoce la zona de La Chanca donde está ubicado el colegio.
La comunidad de religiosos examinaba con el Obispo la situación social del barrio, los servicios religiosos posibles y los deseables, la proyección social y educativa del colegio católico concertado y el alumnado, que está ya en más del 15 por ciento de chavales musulmanes, además de la mayoría de etnia gitana. Un ensayo de comunidad educativa que no ignora su identidad católica y la gestión de los seguidores del carisma del Padre Chaminade. La directora pedagógica y el profesorado habían acogido al Obispo el viernes con el deseo de mostrarle los resultados del trabajo educativo con ideario, y el profesor de Religión había preparado un interesante encuentro con el Obispo, sin obviar las preguntas más espontáneas y comprometidas de los adolescentes de ambos sexos, que se interesaron por la vocación, vida y quehaceres del Pastor diocesano.
Tras la reunión en la que se evaluaron propuestas para el futuro evangelizador y pastoral de la barriada, estaba previsto el encuentro con las Religiosas del Amor de Dios y las Siervas de los Pobres, comunidades educativas, cuyos colegios había visitado el Obispo el viernes acompañado por el Vicario para la Vida consagrada, pero ahora se trataba del encuentro del Obispo con los miembros de la vida consagrada en un año dedicado al carisma religioso y a la vida de consagración. Todos quedaron contentos del curso del encuentro que concluía pasadas las tres de la tarde después de un breve ágape de fraternidad.
La visita contaba para el final con una misa de clausura en el domingo I de Cuaresma en la iglesia parroquial de San Roque, esta vez llena de gente, aunque el Obispo hubo de variar el horario para dar cabida a la misa de recepción de catecúmenos puesta en la Catedral para las once y media. Estuvieron las cofradías y los demás feligreses, las religiosas y ni siquiera faltó el conocido Coro «Las Gaviotas», de la residencia de mayores que el Obispo había visitado días atrás. El Vicario de Acción pastoral acompañó al Obispo con el diácono secretario de visita. El canto aflamencado a la Virgen y la despedida personal de los fieles del obispo en la, que bendijo a los niños ponía el punto y final a una visita pastoral intensa y rica humana y pastoralmente.