En la tarde del 25 de febrero, en el Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz, el obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza Boy, presidió la inauguración de la II Edición del Curso de Arte Sacro, El arte al servicio de la vida religiosa.
Acompañado del delegado episcopal para el Patrimonio Cultural de la Iglesia, David Gutiérrez Domínguez, el obispo diocesano hizo una reflexión sobre el arte al servicio de la vida religiosa, diferenciando los distintos rasgos que justifican el curso, cuyo objetivo es ir creando una Pastoral del Arte y la formación de voluntarios que difundan el patrimonio cultural-religioso de la diócesis.
Así, Mons. Zornoza afirmó que la Iglesia quiere hacer un servicio a todo el mundo y en especial, en este caso, a los amantes del arte religioso. «Cuando nos ponemos en contacto con estas obras de arte nos ponemos en contacto con la fe. Más allá de los aspectos cultos de las obras, echamos raíces en la vida de la Iglesia y conocemos mejor su origen». En este sentido, el obispo de Cádiz y Ceuta aseguró que «cuando hablamos de la raíces de la fe hablamos de los misterios de la fe, nos acercamos a Dios. Tocar este fondo del misterio nos hace llegar a la transmisión de la fe, a la tradicio».
Por último, D. Rafael Zornoza habló de tres rasgos distintivos del arte sacro: La ruta de la belleza es el camino de la evangelización, el tesoro del patrimonio como camino de vida, y la alianza entre la Iglesia y el arte.
Por su parte, David Gutiérrez hizo una breve introducción sobre la estructura y la temática del curso, propuesta, como él mismo aseguró, por el obispo diocesano, debido a la coincidencia con la celebración del Año de la Vida Consagrada y el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
El curso, de contenido teórico-práctico, está dividido en sesiones en forma de charlas-coloquio, ilustradas con material audiovisual, y enfocado al arte en la vida religiosa y a las manifestaciones propias nacidas al calor de congregaciones como la Orden de Predicadores, la Compañía de Jesús, la Orden de la Merced o los Agustinos.
Este acto de apertura finalizó con una lectura de textos de los santos fundadores, que estuvo acompañada con cantos de tradición litúrgica.