El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, presidió la tarde de este lunes, la Escuela de Dirigentes del Movimiento Cursillos de Cristiandad (MCC), de Sevilla. La convocatoria se inició a las ocho de la tarde con la celebración de la Eucaristía, seguidamente tuvo lugar la charla formativa titulada ‘Identidad y responsabilidad de los dirigentes de Cursillos’.
La misa fue concelebraba por el consiliario y viceconsiliario de Cursillos, los sacerdotes Adrián Sanabria y Manuel Jiménez, respectivamente.
Durante su intervención, monseñor Saiz, quien es asesor espiritual de la Organización Mundial de Cursillos de Cristiandad (OMCC), dijo que «vivimos un tiempo de gracia, en que la Iglesia nos pide evangelizar con nuevo ardor, un tiempo en el que los laicos están llamados a ocupar su lugar en la misión». Refirió que «este contexto interpela directamente a los dirigentes del MCC, llamados a ser discípulos misioneros, apóstoles valientes, testigos creíbles y custodios del carisma».
Don José Ángel hizo alusión también a su participación en el XXIII Encuentro del Grupo de Asia y Pacífico del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) que se celebró Manila (Filipinas) del 10 al 14 de noviembre, donde situó el papel del Movimiento de Cursillos en la Iglesia y en la sociedad, planteando su propuesta “como un anuncio que se realiza con un estilo alegre y esperanzado, que transmite el Evangelio con fidelidad a la Palabra y al Magisterio de la Iglesia”. En esta línea, destacó que la Iglesia ha reconocido al Movimiento de Cursillos de Cristiandad como “un carisma propio y original, que lo caracteriza, identifica y diferencia de los otros nuevos movimientos, asociaciones y realidades eclesiales”.
Monseñor Saiz expresó que «el dirigente del MCC no es un gestor de eventos; es un apóstol de Cristo en la ciudad, en el trabajo, en la familia, en los ambientes donde nadie más puede llegar». En este sentido «la responsabilidad del dirigente surge de su identidad. No es voluntarismo, ni activismo, ni perfeccionismo; es fidelidad». Añadió que «el dirigente en el Cursillo no actúa como maestro, sino como testigo. Su influencia no depende de sus palabras, sino de su oración, su coherencia, su servicio y su capacidad de crear clima de libertad, apertura y amistad. La pedagogía del MCC es una combinación de palabra, testimonio, libertad, heterogeneidad, vida en gracia, dinamismo comunitario».
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