Cáritas Diocesana de Cádiz lamenta profundamente el fallecimiento, el pasado viernes, de una joven de 27 años que vivía en situación de sinhogarismo en Algeciras. Esta muerte nos duele, nos interpela y nos recuerda que detrás de cada cifra hay una vida, una historia, un rostro que no puede quedar en el olvido.
No podemos aceptar que haya personas que mueran en la calle. El sinhogarismo no es una elección, es la consecuencia de una cadena de exclusiones que como sociedad debemos romper. Cada persona tiene derecho a vivir con dignidad, a tener un hogar, a sentirse parte de una comunidad.
Desde Cáritas queremos expresar nuestra cercanía a quienes la conocieron y reafirmar nuestro compromiso para seguir trabajando por quienes se encuentran en esta situación. Pero también queremos hacer un llamamiento a toda la sociedad: no podemos mirar hacia otro lado. Necesitamos políticas públicas más eficaces, recursos suficientes y, sobre todo, una actitud de corresponsabilidad que nos involucre a todos.
Hace apenas unas semanas, en la campaña “Nadie Sin Hogar”, recordábamos un mensaje que hoy cobra más fuerza que nunca: “Sin hogar, pero con sueños”. Porque incluso en la calle, la esperanza sigue viva. Porque nadie debería ver sus sueños truncados por la falta de un techo. Porque cada vida merece una oportunidad.
Oremos para que esta muerte en la calle sea la última. Para que entre todos construyamos una sociedad donde nadie viva sin hogar y donde todas las personas tengan garantizados sus derechos.

