
La feligresía antequerana de las parroquias de Santiago y de San Pedro se unió para hacer el camino del Jubileo de la Esperanza en Sevilla, con motivo del año Jubilar que se celebra este año.
La peregrinación, con más de trescientas personas, comenzó en el convento de las Mínimas en Pagés del Corro, donde adoraron al Santísimo. Allí se bendijo un nuevo estandarte, realizado por la camarera de Santa Eufemia, María Teresa Clavijo, contando con pinturas de la artista Eva Escobar, que recoge a las titulares de las cofradías de Estudiantes, Consuelo, Salud, Dolores y Santa Eufemia, así como a los apóstoles de ambas parroquias y a San Francisco de Paula por las monjas Mínimas. De allí partieron en procesión por las calles de Sevilla, con un cortejo formado por una cruz alzada, dos ciriales, el estandarte, las pértigas de mando de las cinco cofradías de las dos parroquias, el párroco Francisco de Paula Aurioles, el pueblo y la agrupación musical La Estrella de Jaén que puso el ritmo con marchas litúrgicas. Llamó la atención de los sevillanos por el orden, conjunción y forma de llegar a la Capilla de los Marineros en el grupo más numeroso que han registrado en este Año Jubilar la hermandad sacramental de la Esperanza de Triana. “Aquí nos tienes, Corazón Eucarístico de Jesús, en tu presencia, como un pobre en presencia de un gran Rey”, expuso el sacerdote.
Entrada histórica del estandarte y de toda la comitiva hasta el interior del templo, presidido por la Virgen de la Esperanza y el Cristo de las Tres Caídas. Con un templo que mantuvo las puertas abiertas por la cantidad de gente que se congregó, las realidades de Santiago y San Pedro participaron en la misma. Aurioles destacó la unión de las parroquias en la peregrinación, la indulgencia buscada en el jubileo y la Esperanza depositada en la Virgen. Insistió en que su Hijo, el Señor, es el fin de toda fe y oración en nuestras vidas. Terminó el acto brillante y solemne con entrega de agradecimientos y diplomas de la peregrinación.

