El pasado sábado falleció la directora del colegio San Juan de Dios «La Goleta», la Hija de la Caridad Sor Isabel Florido Florido. Su comunidad celebrará una Eucaristía por su alma el viernes 13, a las 13.00 horas, en el polideportivo del centro.
La comunidad de Hijas de la Caridad y la Comunidad Educativa del Colegio han publicado la siguiente semblanza de Sor Isabel:
IN MEMORIAM SOR ISABEL FLORIDO FLORIDO
Nuestra mejor marinera del viejo colegio de La Goleta ha partido hacia la casa del Padre. Hasta la naturaleza llora porque se ha ido la que ha sido nuestra directora, nuestra amiga, nuestra maestra, nuestra compañera del alma, como ella misma nos llamaba en su última acción de gracias de Navidad.
Sor Isabel Florido, Sor Florido, se ha marchado pero nos ha dejado un legado enorme en el que trabajar con el entusiasmo y la pasión que ella nos transmitía cuando por la mañana nos saludaba con su sonrisa y nos decía: » ¡A producir!». Ella nos instaba en todo momento a ser humildes, magníficos e incansables cuidadores del futuro que es lo más valioso que Dios ha puesto en nuestras manos de Educadores Vicencianos.
Por su mano de buena maestra han pasado cientos de alumnos que recordarán su gracejo y su arte y su interés en que aprendiesen y como ella decía: «que ningún día se vaya un niño triste del colegio. ¡Que se vaya sabiéndose querido por su maestro!»
Hoy, en la tristeza de tu partida, damos gracias a Dios por el tiempo que nos ha permitido aprender de ti y vivir junto a ti, porque Él nos ha sembrado para florecer en este viejo colegio, en esta obra sencilla pero con fuertes raíces, en tus propias palabras: «escuela en el sentido más profundo de la palabra, que representa un estilo, una forma de ser y de educar… como un servicio al hombre, a la sociedad en un clima de libertad y caridad evangélicas.»
En aquella acción de gracias de la Navidad del 2014, antes de que apareciese la enfermedad, nos decías:
«El Señor nos ha plantado aquí, y aquí tenemos que florecer. Es ésta una obra grande, emblemática; de ello estoy convencida y por eso exclamo con el salmista: «me encanta mi heredad».
Que Dios nos ayude a ser buenos maestros, a cuidar la herencia que nos has dejado con el mismo amor que tu nos ha enseñado. Sabemos que Tú, desde ahí arriba, cuidarás e intercederás por nosotros.
«Los maestros brillarán como el resplandor del firmamento y los que enseñaron a muchos a ser justos, como las estrellas para siempre». Dn 12, 3.
Descanse en paz.
