Señor, Tú nos has rescatado pagando con tu Vida y tu Sangre. Lunes Santo

Alocuciones en el Lunes Santo, en la Plaza de la Catedral, al paso de cada Sagrada Imagen con las que las cofradías hacen su Estación de Penitencia en la S.I Catedral.

1.- SANTÍSIMO CRISTO DEL TRABAJO Y NUESTRA SEÑORA DE LA LUZ

Pedimos por los desempleados, por la dignidad en el trabajo y por una economía al servicio del hombre

Santísimo Cristo del Trabajo, la oración, las circunstancias en que vive nuestra sociedad, es muy simple, muy sencilla, pero la podemos hacer desde el fondo del corazón sabiendo que todos tenemos personas cerca que sufren de la escasez de trabajo, de la dificultad de encontrar trabajo para los jóvenes, de la indignidad de tantos trabajos.

Señor, hoy te pedimos por los que no lo tienen. Te pedimos especialmente que puedan abrirse caminos para que todo el mundo pueda tener un trabajo digno, honroso, en el que pueda mostrar sus capacidades y sostener a su familia. Que no haya trabajos humillantes, que no haya trabajos que machaquen a la persona, que no hayan contratos basura y que quienes tienen alguna responsabilidad en poder conducir la vida de la economía que puedan trabajar por una economía al servicio del hombre, y no que todos tengamos que vivir al servicio de la economía. La economía es la regla del hogar. Que todas las familias puedan tener un trabajo digno, que pueda sostener su hogar, sostener su unidad, sostenerse a sí mismas.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reina

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

30 de marzo de 2015

Plaza de las Pasiegas

 

2.- NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

Te presentamos nuestros dolores y angustias, y sabemos que los transformas en fuente de salvación y esperanza

Madre de Nuestro Señor Jesucristo, Virgen de los Dolores, en esta noche nosotros te traemos todos los dolores de nuestros hermanos, los dolores de los enfermos, especialmente de aquellos que o no tienen fuerzas para pedir Tu intercesión o no saben que pueden contar con ella. Especialmente también los de aquellos que experimentan una soledad porque no tienen a nadie que les acompañe hasta Ti. Todas esas angustias, todos esos sufrimientos, todos esos dolores los traemos junto a Ti. Los que están en los hospitales, los que viven en la desesperanzan. Alivia sus dolores, Madre.

Nosotros Te los presentamos y sabemos que Tú, que has vivido la muerte de Tu Hijo, de tu Divino Hijo, eres capaz de acogerlos y de llevarlos al Señor, y de transformarlos en una fuente de salvación y de esperanza.

Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia

Vida, dulzura y esperanza nuestra

Dios te Salve,

A Ti llamamos los desterrados

Hijos de Eva

A Ti suspiramos,

Gimiendo y llorando en este valle de lágrimas

Ea, pues, Señora, Abogada Nuestra

Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos

Y después de este destierro, muéstranos a Jesús

Fruto bendito de tu vientre

Oh, clementísima; oh, piadosa;

Oh, dulce siempre Virgen María,

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

30 de marzo de 2015

Plaza de las Pasiegas

 

3.- NUESTRO PADRE JESÚS DEL RESCATE

Señor, Tú nos has rescatado pagando con tu Vida y tu Sangre

La idea de rescate acompaña a los hombres en muchas circunstancias de la vida. Quién no ha estado en una situación de peligro, o en una situación que producía temor y alguien nos ha rescatado. En las tradiciones religiosas de la humanidad, muchas de ellas, los hijos incluso se entregaban a Dios, o a los dioses, y se pagaba un rescate para poder recuperarlos. En la ley judía el mismo Hijo de Dios; entregaron un par de tórtolas por el rescate de ese niño que pertenecía a Dios.

Señor, Tú has llevado esa tradición a la profundidad más honda. Tú nos has rescatado a todos del peligro de la muerte eterna, el peligro del olvido eterno, del sinsentido y del vacío, del pecado, del poder del pecado que nos abruma. A todos nos has rescatado de ese peligro. Y nos has rescatado no pagando un precio, sino pagando tu propia Vida, tu propia Sangre.

Señor, sólo somos pobres hombres: hombres y mujeres que luchan en la vida por encontrar la luz, el sentido y la esperanza. No nos abandones.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reina

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

30 de marzo de 2015

Plaza de las Pasiegas

 

4.- NUESTRO SEÑOR EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA AMARGURA

Gracias Señor, porque Tú estás siempre con nosotros

El episodio de Getsemaní es uno de los más sobrecogedores de tu Pasión, Señor. Triste está mi alma hasta la muerte. No hubieras sido totalmente hombre si la muerte no te hubiera atemorizado. No hubieras sido plenamente uno de nosotros si no hubieras experimentado el temor a la cruz. Y tus amigos dormían. Por dos veces fuiste a buscarlos. Tenían la cabeza pesada. Se dormían. No eran conscientes de lo que estaba sucediendo ni de lo que estabas viviendo.

Y sin embargo, gracias Señor, porque ahora cuando nosotros tenemos miedo; cuando nosotros sentimos la profundidad de la muerte, o cualquier tipo de angustia; cuando nosotros sentimos la traición, o el abandono, o la distracción de los que están cerca, Señor, sabemos que no estamos solos. Tú estás allí, junto a nosotros, en nuestro Getsemaní, que ya será siempre también tu Getsemaní.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reina

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

30 de marzo de 2015

Plaza de las Pasiegas

 

5.- SANTÍSIMO CRISTO DE SAN AGUSTÍN, JESÚS NAZARENO DE LAS PENAS, NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LA CONSOLACIÓN Y SANTO ÁNGEL CUSTODIO

Hay un amor más fuerte que la muerte

Eres, Señor, el primer Cristo Crucificado de nuestra Semana Santa, que nos adelanta, ya en esta noche de Lunes Santo, el abismo de tu amor. La locura de esa paradoja llevada hasta el extremo: nos amó hasta el extremo. Hasta el extremo es sin límite, hasta la muerte.

El Verbo de Dios, la Palabra de Dios viva, que ha hablado en la Creación, que habla en todas las cosas, está silenciosa. El poder que a todo mueve está ahora clavado, inmóvil, en la cruz. La omnipotencia impotente. Y sin embargo, es en ese silencio y en esa impotencia donde Tú te rebelas y hablas a voz en grito, con un grito y con una voz que no ha terminado, ni terminará jamás de resonar: que hay un amor más fuerte que la muerte. Que el amor tuyo por los hombres, por cada uno de nosotros, por el último de los pecadores, no tiene ni límite, ni contención.

Señor, permítenos asomarnos algo a ese amor
, vivir de él, afrontar desde él nuestras vidas y nuestras muertes.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reina

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

30 de marzo de 2015

Plaza de las Pasiegas

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