El mes de enero se despidió con una abultada agenda de actividades que ha desarrollado el Seminario diocesano de cara a los seminaristas mayores y menores, además de las convivencias y encuentros organizados dentro de la pastoral vocacional que despliega lo largo de todo el año.
El mes comenzó con el recibimiento de la Patrona de Almería, la Virgen del Mar, a la vuelta de su romería en Torregarcía, donde el Sr. Obispo presidió la tradicional Eucaristía en honor de esta advocación mariana.
La venerada imagen realizó su tradicional parada en la puerta del Seminario. Se congregó un nutrido grupo de vecinos, que también acompañaron en la oración y en los cantos. El Sr. Rector, Juan Antonio Moya Sánchez, tras incensar la imagen, rezó el Ángelus con todos los presentes. Finalmente, después de cantar la Salve y otros cantos marianos, los seminaristas despidieron a la imagen entonando su himno de coronación.
Más adelante, a mediados de enero, tuvo lugar el XXII encuentro de monaguillos de la diócesis, al que asistieron 15 monaguillos de las distintas parroquias de la provincia. Disfrutaron de un intenso día de convivencia que comenzó con la oración de bienvenida, para ponerse en presencia del Señor. Seguidamente, con el objeto de que los niños se fuesen conociendo, se realizaron actividades de ocio y deporte. Inmediatamente después, los asistentes participaron en una charla de formación, orientada a proporcionarles un mejor conocimiento del servicio del altar y de los ornamentos litúrgicos.
Para concluir la mañana, se celebró la Eucaristía, en la que todos participaron revestidos como acólitos. Un encuentro que concluyó con la comida fraterna junto con los seminaristas menores.
La última de las actividades realizadas por el Seminario se realizó del 16 al 18: la convivencia del Preseminario. Un grupo de siete muchachos que presentan inquietudes vocacionales, compartiendo la vida ordinaria que realiza la comunidad del Seminario Menor de la Inmaculada. Llegaron el viernes por la tarde y comenzaron con el estudio, el deporte y la formación, siguiendo el ritmo cotidiano de los seminaristas menores, para concluir el día con la actividad comunitaria de la noche.
Al día siguiente, además de las actividades propias de la comunidad (oración, misa, estudio, etc.), se trasladaron por la tarde a la localidad de Dalías, donde el párroco, Juan Carlos Morales Morell, los recibió para explicarles cómo es su vida pastoral. Realizaron una visita a la iglesia de San Miguel Arcángel de Celín, aprovechando la ocasión para oficiar una oración. Seguidamente, el Hermano mayor de la Hermandad del Padre Rubio, les mostró la parroquia de Dalías y el museo del santo almeriense. Allí los muchachos tuvieron la oportunidad de conocer la figura de este sacerdote, además de tener el privilegio de tocar el solideo que San Juan Pablo II utilizó en la Misa de canonización del Padre Rubio.
Todo un abanico de actividades que sirven de muestra de la intensa vida vocacional que el Seminario desarrolla a nivel externo e interno de su quehacer cotidiano.
