
El Video del Papa de noviembre está dedicado a las «personas que luchan con pensamientos suicidas», para que «encuentren apoyo» en su comunidad y «se abran a la belleza de la vida». El vídeo recoge la intención de oración de León XIV: ‘Recemos para que las personas que luchan con pensamientos suicidas encuentren en su comunidad el apoyo, la asistencia y el amor que necesitan y se abran a la belleza de la vida’.
El Video del Papa de noviembre está dedicado a la intención de oración de León XIV: «Recemos para que las personas que luchan con pensamientos suicidas encuentren en su comunidad el apoyo, la asistencia y el amor que necesitan y se abran a la belleza de la vida». El video es producido y difundido por la Red Mundial de Oración del Papa, con el apoyo de la diócesis estadounidense de Phoenix (Arizona) y la colaboración de Vatican Media. León XIV recuerda que también los creyentes pueden ser’ «vulnerables» y pide a las parroquias y diócesis que escuchen y acompañen con «un corazón abierto y compasivo» a quienes están en dificultad. Cada día, en el mundo, casi 2.000 personas se quitan la vida. El suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes y los adultos jóvenes.
El suicidio es un tema relevante en la sociedad contemporánea: según la Organización Mundial de la Salud, de hecho, cada año en el mundo se quitan la vida unas 720.000 personas, es decir, poco menos de 2.000 al día. Más de la mitad de los suicidios globales (56%) ocurren antes de los 50 años, y la franja de edad de 15 a 29 años se ve particularmente afectada: para este grupo de edad, el suicidio es la tercera causa de muerte, y entre las chicas y las jóvenes adultas es incluso la segunda. El 73% de las personas que se quitan la vida viven en países de ingresos bajos y medios, pero las naciones más ricas no están exentas del riesgo: en Estados Unidos, por ejemplo, la tasa de suicidio actual es un tercio mayor que la del año 2000.
IGLESIA, SUICIDIO Y SALUD MENTAL
El Catecismo de la Iglesia Católica (nn. 2280-2283) recuerda que el suicidio contradice el amor a sí mismo, a los demás y a Dios; sin embargo, los trastornos psíquicos graves, la angustia o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura pueden atenuar la responsabilidad personal. Al mismo tiempo, invita a no desesperar de la salvación eterna de quienes se han quitado la vida, confiándolos a la misericordia de Dios y a la oración de la comunidad.
La práctica eclesial de hoy es generalmente muy respetuosa con las personas que han muerto por suicidio, también porque en los últimos años la Iglesia ha aumentado progresivamente la atención a la salud mental, en la oración y en la pastoral. Lo confirma el congreso internacional que se inaugurará mañana en Roma, organizado por la asociación de Ministros Católicos para la Salud Mental (CMHM) con el patrocinio de la Pontificia Academia para la Vida. Precisamente con motivo de esta intención de oración de León XIV, se reunirán durante tres días (5, 6 y 7 de noviembre) en la Sala Pío X (via dell’Ospedale, 1) personas de todo el mundo, comprometidas en la pastoral de la salud mental, para debatir sobre cómo la comunidad cristiana puede acompañar a las personas que se enfrentan a problemas de salud mental, depresión, dolor profundo, y prevenir mediante la escucha y la cercanía el riesgo de suicidio. La Red Mundial de Oración del Papa organizará los momentos de oración común y también se proyectará El Video del Papa de noviembre, que acompaña la oración leída por León XIV.
ORACIÓN
«Te pedimos este mes por todas las personas que viven en la oscuridad y la desesperación», reza la oración leída por el Santo Padre: «que puedan encontrar siempre una comunidad que los acoja, los escuche y los acompañe». A la Iglesia –diócesis, parroquias, congregaciones religiosas, asociaciones de fieles– le pide que impida que el sufrimiento de las personas desesperadas, que experimentan la tentación de quitarse la vida, se vuelva aún más intolerable por la soledad. Todos, también los creyentes, «pueden ser vulnerables a la tristeza sin esperanza»: que el Señor nos enseñe, pues, «a hacernos prójimos con respeto y ternura», con «un corazón abierto y compasivo», a «ofrecer consuelo y apoyo», a animar a buscar «la necesaria ayuda profesional».

