El obispo, Bernardo Álvarez, recibió la primera dosis de la vacuna el pasado 13 de enero, junto a los sacerdotes mayores que viven en la residencia sacerdotal S. Juan de Ávila, las religiosas, responsables del centro, personal de la casa y de la empresa externa que se ocupa de la limpieza.
El prelado Nivariense estaba incluido en el listado enviado a las autoridades sanitarias al mantener su domicilio en ese lugar, concretamente en un apartamento adjunto, con cuyos residentes tiene frecuentes contactos y comparte algunos servicios que se prestan.