La imagen de la patrona palmera continúa su peregrinación por cada uno de los municipios de La Palma.
Desde el santuario insular, se dirigió a Puntallana, S. Andrés y Sauces, Barlovento, Garafía y, ahora, es el turno de Puntagorda.
Para el delegado episcopal de la Visita, Fernando Matías, “están siendo días intensos de mucha devoción y cariño”. A pesar de estar en días laborales, señala el sacerdote, la respuesta de los distintos pueblos está siendo muy buena, así como la colaboración entre las parroquias y los ayuntamientos. “Es de agradecer tanto esfuerzo y muestras de cariño con la Virgen de las Nieves”.
Los custodios de la Virgen con su presencia permanente están garantizando el correcto desarrollo de los distintos desplazamientos tanto en el vehículo especialmente preparado, como en las procesiones.
Para Jorge Rodríguez, colaborador en la coordinación de la Visita de la Virgen que viene acompañando a la imagen en cada uno de sus desplazamientos, “ha habido una acogida maravillosa de la gente en cada uno de sus sitios. Mucho fervor, mucha devoción y sentimiento. Ver a las personas con las lágrimas en los ojos indica que vale la pena este recorrido”.
Rodríguez subrayó el momento de llegada la Virgen al centro de mayores de Gallegos, al tiempo que está siendo testigo de cómo en cada lugar el recibimiento “es espectacular”.
Por otra parte, la parroquia de Luz en Garafía, acogió una eucaristía, ante la imagen, en la que el sacerdote Pablo Álvarez celebró sus bodas de oro sacerdotales. “Garafía para un cura que empieza es como una universidad. Yo me gradué en la Universidad de Garafía, donde valoré no tanto la cantidad sino la calidad, es decir, las personas que me dieron su calor, su cariño y me abrieron a ejercer la vida sacerdotal”. Para Pablo lo decisivo es que “el Señor sea conocido”. “Volver a Garafía y además con la Virgen, da algo de nostalgia por los que no están y también da alegría por los que aquí siguen y nos hemos reencontrado”.
Sin duda la presencia de la Patrona de La Palma en el Valle de Aridane, revestirá una singularidad notable. Y, más en concreto, los actos previstos para el uno de noviembre, tanto en Todoque, como en el cementerio de las Manchas, revestirán una muestra singular de la cercanía de la Virgen con las personas que han sufrido los efectos del volcán Tajogaite.
Uno de los párrocos de Aridane, Rubén Fagundo, viene preparando con sus comunidades, los otros sacerdotes y las autoridades civiles estos actos. En Todoque se inaugurará un monolito que recuerde el barrio y la iglesia que desaparecieron bajo la lava del volcán.
Además, el día de Todos los Santos el obispo presidirá una Misa en el cementerio de las Manchas pidiendo por todos los difuntos y por la fortaleza de la esperanza. “Será el momento opino más álgido de la peregrinación de la imagen por la carga de emoción y sentimiento que tienen los lugares que han sido muy afectados por el citado volcán” – expresó Fagundo.