
El 3 de noviembre, la Jornada de Formación Permanente del Clero y la Jornada de Formación de Laicos se centra en el desafío pastoral que suponen las sectas y la nueva religiosidad. La cita para el clero es a las 10.15 horas en la Casa Diocesana. Para los laicos, es a las 19.00 horas, en el Centro de Estudios Teológicos San Pablo.
Los sacerdotes y diáconos de la Diócesis de Málaga están llamados a formarse sobre el fenómeno de las sectas en la Jornada de Formación Permanente, que se celebra el 3 de noviembre, a las 10.15 horas, en Casa Diocesana. El ponente es Luis Santamaría del Río, teólogo, consultor de la Subcomisión para las Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, e investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), autor de varios libros sobre el fenómeno de las sectas y los nuevos movimientos religiosos, el último «A las afueras de la cruz. Las sectas de origen cristiano en España».
El programa de la Jornada de Formación Permanente del Clero convocada por la Delegación para el Clero comprende:
10.15 horas: Acogida
10.30 horas: Rezo de Hora Intermedia
10.45 horas: 1ª charla y diálogo
12.00 horas: Descanso
12.30 horas: 2ª charla y diálogo
Se terminará sobre las 13.30 horas. En la convocatoria avisan de que quienes se queden a comer, deben anunciarlo a través de su arcipreste o en el Obispado, a Alejandro Luque, quienen no estén integrados pastoralmente en los arciprestazgos.
JORNADA DE FORMACIÓN DE LAICOS
Los laicos tienen oportunidad de formarse sobre este mismo tema también el día 3 de noviembre, pero por la tarde, a las 19.00 horas, en el Centro de Estudios Teológicos San Pablo (Calle Abadía de Santa Ana, 4, 2ª planta). Esta convocatoria de la Vicaría para el Laicado está abierta libremente a todas las personas interesadas.
Las sectas, en palabras del ponente, Luis Santamaría, «existen, que aún hay gente que lo duda. Existen y actúan. Sacerdotes y laicos tenemos que estar prevenidos ante las sectas que se acercan a nosotros. Están por todos lados y es fácil que accedan a nosotros en cualquier ámbito. Por tanto, tenemos que estar prevenidos, pero sobre todo para ayudar a otros, para estar atentos a las señales de alarma que se pueden dar en personas cercanas, de nuestras familias, de nuestras comunidades… Especialmente, sacerdotes y agentes de pastoral, este tema es importante por las personas que están a su cargo, a las que cuidan y a las que sirven, para detectarlo y poder ayudar a no caer cuando una persona está en proceso de captación, para ayudar también a sostener a las familias que están sufriendo el drama de la captación de un ser querido, y para, también, ayudar, y estar disponibles para las personas que abandonan las sectas y se encuentran de repente solas en el mundo, con el lastre de un trauma por lo que han vivido dentro de la secta y la necesidad de reconstruir su vida casi desde cero».