El Seminario diocesano, que celebra este año el centenario del primer curso en el que los seminaristas empezaron a residir en este significativo edificio soñado por san Manuel González, ha recibido este jueves 25 de septiembre la primera visita del obispo, D. José Antonio Satué, quien ha compartido con formadores y seminaristas una mañana de encuentro, que ha concluido con la Eucaristía y el almuerzo compartido.
El Obispo, D. José Antonio Satué, ha visitado el Seminario diocesano este jueves 25 de septiembre, dentro del acercamiento que está realizando a distintas realidades diocesanas de especial significación en los primeros días de su episcopado. En esta visita ha dedicado un tiempo pausado a escuchar y conocer a los 12 seminaristas que realizan sus estudios en el Seminario de Málaga, así como al equipo de formadores, con el rector al frente, Juan Manuel Ortiz Palomo; el vicerrector, Juan Baena, y los directores espirituales, Miguel Ángel Gamero y José Manuel Caselles CMF.
En palabras del rector, Juan Manuel Ortiz, ha sido «una alegría haber recibido esta mañana a nuestro obispo. En su tarea de conocer la Diócesis, ha querido conocer de primera mano la realidad del Seminario, animándonos a todos, seminaristas y formadores a seguir caminando y creciendo a la sombra de Cristo, Buen Pastor, como única manera de hacerlo presente en nuestra vida y en la vida del pueblo de Dios». Por su parte, Juan Baena, vicerrector, ha contado que la visita ha sido de mucho provecho para todos. «En este primer encuentro, los formadores hemos podido hablar con él y compartir inquietudes. A su vez, él nos ha ofrecido algunas claves que considera importantes en el proceso formativo de los seminaristas. Después de reunirse también con ellos, hemos compartido la Eucaristía y la comida».

David Mezcua, seminarista de 4° curso, se expresa así tras este día: «Ha sido un agradable encuentro donde lo hemos podido conocer y él a nosotros. Un espacio de escucha compartida donde ha hecho énfasis en las distintas facetas formativas, en especial, la madurez humana y la espiritualidad, el dejarnos tocar por Dios que nos transforma».
La Misa se ha celebrado en la capilla del Buen Pastor al final de la mañana. Después, el obispo ha compartido como uno más la comida de los seminaristas y sus formadores. Explica el rector que «este curso, están en proceso de incorporarse al Seminario cinco jóvenes. Y para el año que viene hay un grupo con el que estamos trabajando ya y que están en un proceso avanzado dentro del discernimiento vocacional».
