
Entre las actividades de verano propuestas por este ámbito de la actividad de la Iglesia de Málaga, se encuentra la publicación del boletín misionero para los meses de julio y agosto. En él se ofrecen informaciones, recursos y testimonios para la animación misionera de las parroquias, grupos, colegios, comunidades, cofradías, asociaciones y movimientos de toda la diócesis.
Como explica el delegado, Danilo Cantillo IMC, «el verano tiene el sello de vacaciones y tiempo libre, pero para jóvenes comprometidos el verano es una oportunidad para servir, compartir y transmitir esperanza; los misioneros de esperanza no hacen solo un viaje geográfico, sino un recorrido interior que transforma tanto a quienes dan como a quien recibe. El acto misionero más que una acción puntual, se convierte en un estilo de vida; cuando se propone y se canaliza la energía de los jóvenes, la misión genera un impacto duradero que da y recibe humildad y compasión, un camino que forma una profunda relación con Dios, a través de la acción y el amor al prójimo. Hoy más que nunca se necesitan jóvenes que se atrevan a ser portadores de esperanza, que se coloquen en la mente, en la cabeza y en el corazón la misión y que estén dispuestos a servir».
Cantillo continúa diciendo que «nuestra Diócesis de Málaga tiene memoria de ser misionera testigo de esperanza por muchos años con una de las zonas más necesitadas de Venezuela y son muchos los misioneros de esta tierra que han sido enviados a diferentes lugares del mundo manteniendo viva la misión que es universal. Con el espíritu misionero distintivo de la Delegación Diocesana de Misiones invitamos a todos los jóvenes a abrazar la experiencia misionera, a ser partícipes de un cambio real que encienda la esperanza en todo el planeta. Este boletín es un reflejo de espiritualidad misionera como una forma de vivir la misión aquí y más allá de las fronteras, con una pastoral contextualizada y liberadora, también te damos un itinerario de formación para experiencias misioneras».