José Antonio Satué: «Lo que ya conozco de Málaga me gusta mucho y lo que aún espero descubrir será un desafío»

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Por su interés y actualidad, reproducimos la entrevista que el periodista de Diario Sur, Jesús Hinojosa, realizó a Mons. José Antonio Satué, obispo electo de Málaga

Lee en este enlace la entrevista en la web de Diario SUR

José Antonio Satué: «Lo que ya conozco de Málaga me gusta mucho y lo que aún espero descubrir será un desafío»

El nuevo obispo afirma que no tiene «una varita mágica» para resolver la falta de vocaciones y se muestra abierto a implicarse con las cofradías e incluso a valorar que haya procesiones el Sábado Santo.

Aunque no tomará posesión de la diócesis hasta el sábado 13 de septiembre, una ceremonia prevista para las 11 horas en la Catedral, José Antonio Satué es desde este viernes el nuevo obispo de Málaga, por designación del Papa León XIV. En esta primera entrevista para SUR desvela sus pensamientos e intenciones al afrontar su llegada a un territorio con una población 13 veces superior al de Teruel, del que ha sido pastor durante los últimos cuatro años.

Jesús Hinojosa

– ¿Cuál fue su primer pensamiento al conocer que se le enviaba a una diócesis como Málaga?

– Pensé inmediatamente en los diocesanos de Teruel y Albarracín, que se duelen con razón porque «no nos duran los obispos». Al mismo tiempo, siento la gratitud y la responsabilidad de compartir con vosotros una historia llena de fe y esperanza. No puedo negar que también percibo en mí cierto vértigo, al pensar en una diócesis tan grande como Málaga, con retos tan diversos a los que he afrontado hasta ahora.

– ¿Qué conoce de Málaga y su provincia?

-La verdad es que todavía conozco poco, por eso les pido que, con paciencia, me ayuden a aprender, valorar y promover la cultura y la religiosidad de esta tierra. Sé acerca de la vida de las parroquias, cofradías y asociaciones, así como de su crecimiento económico y de su diversidad cultural, geográfica y demográfica. Lo que ya conozco me gusta mucho, y lo que aún espero descubrir será un desafío.

– ¿Qué espera de su labor pastoral en los próximos años? ¿Cómo la imagina?

-No tengo muchas expectativas ni un plan establecido. Estoy abierto a las sorpresas de la vida y de Dios, que nunca defrauda ni se deja ganar en generosidad. Sí creo en una Iglesia sinodal, donde vamos descubriendo y siguiendo las inspiraciones del Espíritu, a través de la oración y el diálogo entre todos los bautizados y bautizadas, sin descuidar la escucha a todas las personas de buena voluntad.

– Se enfrenta a una de las diócesis más pobladas del país, en la que también existe un claro déficit de vocaciones sacerdotales. ¿Cómo va a afrontar este reto?

– No poseo una varita mágica para resolver este preocupante problema. Sin embargo, estoy convencido de que cuando los adultos vivimos en clave vocacional, escuchando y respondiendo a las llamadas de Dios con alegría y generosidad, los chicos y chicas se sienten motivados a buscar su propia vocación. Confío en la acción de Dios y sé que la Diócesis de Málaga es un pueblo que celebra y vive la fe. A mayor vivencia de la fe, más vocaciones.

– También es una diócesis con un importante papel de la religiosidad popular, a través de las numerosas hermandades y cofradías que vertebran la sociedad. ¿Qué opina de esta realidad de la Iglesia que tiene un papel protagonista en el caso de Málaga?

– La religiosidad popular es un caudal de espiritualidad, como han dicho los obispos andaluces. Espero poder contribuir a avivar su potencial, para que estas realidades eclesiales se vinculen más a las parroquias y sigan siendo comunidades de formación, celebración, evangelización, cultura y solidaridad con las personas más desfavorecidas. Procuraré estar cercano, en la medida que mi agenda me lo permita, en las diversas actividades de las hermandades y cofradías.

– Hay incluso quien ya se pregunta si usted va a autorizar procesiones en el Sábado Santo… ¿Lo hará?

– Permítanme responder a esta pregunta con una sonrisa. Habrá tiempo para conocer la propuesta con mayor detalle y valorarla, considerando las particularidades litúrgicas del Sábado Santo. No obstante, tengo muchas ganas de conocer la realidad de la religiosidad popular en Málaga, para poder acompañarla de cerca y, cuando llegue el momento, tomar las decisiones más adecuadas.

– Su predecesor ha dejado iniciadas las obras para dotar a la Catedral de un tejado, y también tenía por delante poner en marcha otros proyectos para reparar algunos templos. ¿Va a seguir en esa línea?

– Mantener el patrimonio inmueble es un desafío y a veces se convierte en un quebradero de cabeza para los párrocos y los obispos. Espero conocer estos proyectos y darles continuidad, con la colaboración de los fieles y de las instituciones.

– A la Catedral de Málaga se la conoce como ‘La Manquita’ porque no terminaron una de sus torres, entre otros elementos del proyecto. ¿Sería partidario de completarla entera, incluida la torre que le falta?

– No tengo todavía criterio para responderle. Aunque sí sé que hay un proyecto. Habrá que estudiarlo con paz y tomar decisiones.

– La Iglesia en Málaga también tiene un gran peso por la gran labor social que acomete durante todo el año. ¿Piensa potenciar esa labor?

– Me alegro mucho de que sea así. No obstante, en el ejercicio de la caridad, el cristiano y las comunidades no podemos sentirnos nunca satisfechos. Siempre hemos de estar atentos a antiguas y nuevas pobrezas, tratando de dar respuestas, con creatividad y generosidad, a las situaciones que sufren tantas personas.

– Son muchas y diversas las realidades eclesiales de una diócesis con numerosas nacionalidades. ¿Cómo piensa fomentar que el mensaje del Evangelio llegue a todas las culturas que pueblan esta zona del país?

– Nuestros pueblos y ciudades, así como las comunidades cristianas, son cada día más plurales y hemos de afrontar este hecho con realismo, porque a veces surgen problemas, pero sobre todo como una oportunidad de enriquecimiento mutuo. Tendremos que plantearnos cómo facilitar la vida cristiana de los católicos que no hablan español, promover el ecumenismo con otras confesiones cristianas y proponer espacios de diálogo y colaboración con quienes no comparten nuestra fe en Cristo.

– Por último, ¿qué le pide a los fieles de Málaga?

– Invito a todo el pueblo santo de Dios que peregrina en la provincia de Málaga y en la ciudad de Melilla a crecer unidos en la fe, a mantener viva la esperanza y a avivar la solidaridad con las personas que viven o sobreviven en las afueras de la sociedad. Hermanas y hermanos laicos, sacerdotes, consagradas y consagrados, seminaristas, comunidades parroquiales, hermandades y cofradías, movimientos apostólicos, familias y jóvenes, trabajemos juntos, para responder a los retos que hoy nos plantea nuestro mundo y ser el consuelo de Dios para las heridas de nuestra gente.

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