La Virgen del Pino ya descansa en su santuario de Teror. Tras la celebración de la 52ª Bajada, la patrona de la diócesis de Canarias regresó este domingo a su casa, acompañada por una multitud de fieles que no dudaron en emprender junto a ella el camino de vuelta desde la Catedral de Canarias, en Las Palmas de Gran Canaria.
Fueron algo más de diez horas cargadas de emoción, lágrimas, oraciones y cánticos de júbilo. El fervor mariano se hizo palpable en cada tramo del recorrido, con momentos de auténtica devoción popular que dejaron huella en quienes participaron en esta peregrinación histórica.
A las 16.42 horas, la imagen de la Virgen del Pino hizo su entrada en la Plaza del Pino, donde fue recibida entre aplausos, vivas y pétalos por los peregrinos que aguardaban con expectación. Minutos después, a las 17.00 horas, comenzó la Eucaristía presidida por el obispo de la diócesis de Canarias, Mons. José Mazuelos, quien no ocultó su emoción ante la masiva participación del pueblo canario.
“La Virgen del Pino me ha robado el corazón”, expresó con cercanía y alegría, animando a los fieles a “mantener viva esta experiencia de fe y encuentro con María, que nos muestra a un Cristo cercano, que da la vida por nosotros”.
Con este regreso culminan los actos organizados con motivo de la 52ª Bajada, dejando en el corazón de miles de personas una huella imborrable de fe, unidad y amor a la Madre del Señor.