En su parroquia de San Juan Bautista, nuestro arzobispo celebró también el Sacramento de la Confirmación y conoció, entre otros aspectos, el compromiso caritativo de sus fieles con los más necesitados.
Cozvíjar, un pueblo de 850 habitantes, que alcanza hasta los mil cuando se une a Cónchar, formando así el municipio de Villamena, recibía el pasado sábado la visita pastoral de nuestro arzobispo D.José María Gil Tamayo.
Los vecinos y fieles de la parroquia de San Juan Bautista de Cozvíjar conocieron al arzobispo y éste también pudo conocerles a ellos, en una conversación celebrada en la propia parroquia, cuyas instalaciones también pudo conocer.
Mons. Gil Tamayo conoció la vida parroquial en este pueblo, dedicado con gran implicación de todos a los temas de caridad. “Aunque somos una comunidad pequeña, la parroquia se explaya mucho en cuestiones de caridad, de ayudar a los necesitados. Esto lo cuidamos mucho entre todos”, explicó su párroco D. Felipe Aguilera.
“La parroquia está muy pendiente para que se haga un reparto equitativo, para que llegue a todos” lo necesario para ayudar a los vecinos y familias. “Y si alguna vez falta, también hay gente en el pueblo que tiene un poquito más de dinero y siempre echa una mano, aportando algo de dinero para pagar la luz, el agua o el butano de la familia que está más necesitada en el pueblo o en la comarca”, señaló.
Este es un de los aspectos que los fieles de la parroquia y el propio párroco pudieron explicar al arzobispo en relación a la vida comunitaria, donde, junto a esta dimensión caritativa, también expusieron otras como la musical con el Coro parroquial que lleva el nombre de la patrona -la Virgen de la Cabeza-, el grupo de laicos en Cáritas parroquiales o la pastoral de enfermos.
“También recogemos ropa, juguetes y material para asistencia a enfermos e impedidos, sillas de ruedas, andadores, bastones… En fin, la parte caritativa de la parroquia es la parte más importante de la parroquia, después de la sacramental o que nace propiamente de la sacramental”, explicó D. Felipe Aguilera. “Todos estamos muy sensibles con el tema de la caridad, con el tema de ayudar a los necesitados, a los más empobrecidos”.
“POR EL CAMINO DE LA CARIDAD”
Por su parte, Mons. Gil Tamayo animó a la comunidad a seguir caminando “por ese camino de la caridad”. También le alentó a estar a la escucha de la Palabra de Dios y a trabajar al servicio de las vocaciones, “para que nuestro pueblo sea un pueblo en el que nazcan vocaciones”, afirmó el párroco. Respecto a estas vocaciones, el arzobispo también pidió a los fieles estar siempre cerca de su sacerdote y ayudarle, colaborar con él, para que mutuamente y juntos “colaboremos con Cristo, con la Iglesia”, explicó el párroco.
Otra de los servicios que presta la parroquia y pudo conocer el arzobispo es el de la escucha, para que quienes necesitan ayuda para desahogarse, atención y acompañamiento espiritual lo encuentre en la iglesia. Allí, con profesionales en atención psicológica y con el propio párroco en el acompañamiento espiritual, prestan ayuda y acogida, para que “las personas vean que lo que les sucede no es un castigo divino, sino que forma parte del devenir del acontecimiento para ellas”.
D. José María también vio las instalaciones de la parroquia, entre ellas los salones de catequesis y parroquiales, o la casa sacerdotal, de la que quedó gratamente complacido por tratarse de “una casa modesta, una casa sencilla, como tienen que ser las casas de los sacerdotes, funcional para poder vivir, pero, al mismo tiempo, no ostentosa ni cargante para la comunidad”, señaló D. Felipe.
SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN
En su visita, el arzobispo también celebró el Sacramento de la Confirmación de cinco personas, dos adultos y tres chicos jóvenes, que se han formado durante tres años. Le acompañaron amigos y familiares, así como los vecinos del pueblo y comunidad parroquial.
La celebración estuvo amenizada por el Coro parroquial Virgen de la Cabeza, formado por personas de la parroquia, algunas de ellas mayores, “muy constantes y que ensayan varias veces en semana, poniendo sus voces al servicio de la liturgia del Señor y de la parroquia”.
El pueblo quedó “muy contento” y cuando saludaban al arzobispo le invitaban a acudir en agosto para celebrar junto las fiestas patronales.
Junto al párroco, acompañaron a D. José María el Vicario Territorial de la Zona III, D. Alberto Sedano, y el secretario particular D. David Salcedo.
A esta visita pastoral le suceden otras visitas que realizará Mons. Gil Tamayo en los próximos días, tales como Pinos del Valle el 16 de mayo o Cónchar el día 23.