
Monseñor Francisco Pérez, arzobispo emérito de Pamplona, desde Málaga, donde emplazó su residencia tras su jubilación, se une al dolor de la Iglesia Universal con estas declaraciones.
Me uno al dolor universal de toda la Iglesia y de los hombres y mujeres de buena voluntad, de esta sociedad y de este mundo en el que vivimos, con motivo de la muerte del papa Francisco.
Tuve la suerte de visitarle en varias ocasiones y, ciertamente, siempre me impresionaba su acogida y su sencillez y, al mismo tiempo, sus indicaciones, con el sentido que él las daba siempre: sentido de Evangelio y sentido de Iglesia.
Quiero expresar también en este día, al saber la muerte del papa Francisco, todo aquello que él nos ha enseñado a través de sus encíclicas, sus discursos, de distinta forma, y sus homilías. De un modo muy especial, sobre “Fratelli tutti” y sobre “Laudato si”, respecto a la creación y al Evangelio que hemos de anunciar con alegría (“Evangelii Gaudium”).
El papa Francisco, ciertamente, ha dejado en nuestros corazones y en el corazón de la Iglesia aquello que él ha vivido intensamente en su corazón. Que el Señor le tenga en su gloria por todo lo que pasó en todos los momentos de su vida entregados al buen Dios, a Jesús crucificado y a Jesús resucitado.
Es importante en nuestra vida tener presente que la Iglesia lleva adelante el Espíritu Santo, todo lo que en ella sucede. Él es el protagonista. En este momento y en todo momento de la historia somos hijos del Padre Dios y hermanos entre nosotros porque así nos lo ha constituido y lo ha pagado Jesucristo con la fuerza del Espíritu Santo que habita siempre en medio de nosotros. De ahí la importancia que tiene en este momento considerarnos muy unidos porque es la oración de Jesús: Padre, que todos sean uno para que el mundo crea.
En comunión con Pedro, como lo hemos estado con el sucesor de Pedro, el Papa Francisco, deseo de corazón que seamos fieles a la unidad, a la comunión, y que recemos los unos por los otros, y ahora de un modo muy especial por el Papa Francisco que durante 12 años ha sido sucesor de Pedro en medio de nosotros.