
Como porción del pueblo de Dios que peregrina en esta Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, en comunión con la Sede de Pedro, nos unimos a la tristeza esperanzada de la Iglesia por el fallecimiento del Papa Francisco en el día de hoy, a los 88 años de edad. Desde el inicio de su pontificado nos pidió que rezáramos por él y ahora lo hacemos, de modo especial, en esta Octava de Pascua con la confianza puesta en la resurrección.
Como expresó el cardenal Kevin Joseph Farrel: “Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente a favor de los más pobres y marginados”. Se preocupó por transmitirnos la alegría del Evangelio, que nace de la certeza del Amor tierno y misericordioso de Dios y que se concreta en una llamada a la santidad, a la fraternidad universal y al cuidado armónico de la creación. Nos recordó la necesidad de caminar juntos, sinodalmente, entendiendo la vida como vocación y comprometidos con las periferias geográficas y existenciales de nuestra sociedad.
Manifestó su deseo de visitar nuestro Archipiélago, para conocer de cerca el drama migratorio que nos afecta, agradeciendo al pueblo y a los obispos canarios la labor de acogida y acompañamiento de nuestras iglesias diocesanas.
Oremos al Señor agradecidos por el regalo de su vida al servicio de la Iglesia. Próximamente se comunicará la celebración de la Eucaristía, por su eterno descanso, en nuestra Santa Iglesia Catedral.
Dado en San Cristóbal de La Laguna, a 21 de abril de 2025
Antonio M. Pérez Morales
Administrador diocesano