
Hoy la liturgia nos para ante el anuncio de la traición de Jesús en el evangelio de San Juan. Caminamos con Jesús estos días llenos de signos, de palabras y silencios, de interrogantes…
En este texto Jesús revela a sus discípulos durante la cena que existe un traidor entre ellos, y nos sorprende que los discípulos aparecen indiferentes ante esta afirmación, su preocupación será saber quién es, pero después ya no hacen nada, el que hará será Jesús. Se presentan dos modelos de discípulo, Juan el discípulo amado recostado sobre Jesús, señal de confianza y cercanía, quien lo acompañará hasta la Cruz, testigo de Jesús Resucitado, verdadero garante de la fe; y por otra parte Judas quien lo va a entregar y ya ha sido llevado por el diablo. Este texto nos habla de dos mundos: el de Dios, el de arriba, el de la Verdad, la Vida y la Luz, la oferta de salvación para toda la humanidad sin acepción de personas; y el mundo del diablo, el mundo de abajo, de las tinieblas, de la mentira, de la injusticia… nosotros decidiremos por qué mundo optamos.
Judas ha roto con el mundo de Dios, se desentiende de Jesús lo traicionará y entregará, lo elimina de su mundo. Judas sale del cenáculo de noche, símbolo de la falta de luz en su vida. Jesús es Luz para las Naciones, Judas a su vez es un instrumento necesario para apagar la Luz, con él se inicia la lucha entre las tinieblas y la luz.
Pero el texto da un paso más con la figura de Pedro, se anuncian sus negaciones, él quiere seguirlo, pero no entiende que no podrá seguir a Jesús hasta que Jesús cumpla su misión. Pedro no puede dar testimonio de Él antes de que Jesús entregue su vida por él.
En este martes santo el evangelio nos interroga a cada uno de nosotros ¿estás dispuesto a seguir a Jesús? ¿reconozco mis tinieblas para pasar al mundo de la Luz?
Tres claves de los nombres de las hermandades que hoy darán testimonio de fe en la calles de Almería: Amor, Perdón y Coronación. ¿Quiero seguir en mi vida a un Dios que se hace Hombre por puro Amor, un Dios que acoge en su inmenso corazón de Padre-Madre a toda una Humanidad que se aparta de su luz, pero que Él con sus brazos abiertos me acoge, abraza y acaricia con todas mis debilidades y fallos?
¿Estoy dispuesto a ser signo de unión de un mundo divido? ¿quiero ser constructor de una Humanidad Nueva donde la Luz del rostro de Cristo sea su corona llena de los rostros desfigurados por la injusticia?
Tú eliges ¿Juan o Judas?
Teresa María Vélez Toro, Laica y profesora del ISCR