«Compartir es nuestra mayor riqueza»
MENSAJE CON MOTIVO DE LA CAMPAÑA DE MANOS UNIDAS 2025
Queridos hermanos y hermanas:
Celebramos a inicios de febrero la Campaña contra el hambre de Manos Unidas. Esta ONG de la Iglesia católica nos ayuda constantemente a no olvidar nuestro compromiso con los más pobres del mundo, que no tienen las condiciones dignas para vivir. Nos interpelan, cada año con esta campaña, invitándonos a tomar conciencia de la lacra mundial del hambre y la pobreza en el mundo. Orar, ayunar voluntariamente, ofrecer sacrificios y colaborar económicamente en los proyectos asignados a cada Diócesis, es una forma concreta de sembrar Esperanza en el mundo.
Desde hace 66 años, el compromiso de unas mujeres de Acción católica, ha dado muchos frutos en la Iglesia de España en la ayuda, promoción y desarrollo de los países más desfavorecidos y en vías de desarrollo. Manos Unidas quiere levantar nuestra comodidad para que, sobrecogidos por la realidad de las cifras del hambre y las desigualdades, enfrentemos el problema de más de mil millones de personas empobrecidas y hambrientas; combatiendo lo que hoy es una de los mayores estigmas que azotan a la humanidad. Y lo hacen desde las raíces profundas de la fe y la caridad cristiana. Manos Unidas trabaja por el desarrollo integral de las personas: cubrir necesidades básicas y vivir dignamente el camino de la fe, peregrinando al cielo.
En este año santo de la Esperanza, hemos de acoger la insistencia de nuestro querido Papa Francisco para mirar constantemente a los que más sufren en nuestro mundo, para que nuestra fe no se esconda en falacias que nada tuvieran que ver con la realidad que nos rodea y con el sufrimiento de millones de hermanos nuestros, que gritan en su pobreza una verdadera fraternidad. El Papa Francisco, frente a la globalización de la indiferencia, nos invita constantemente a trabajar por acciones globales integrales, por gestos verdaderos en la economía, política, sociedad, en nuestra vida diaria, que dignifiquen la verdad de la dignidad de todo ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios. Frente a los alimentos destruidos para mantener el precio del mercado y del consumismo desenfrenado e inmoral, el Papa nos ha recordado, en muchas ocasiones, que “el escándalo del hambre tiene que hacer que todos nos sintamos incómodos” (Cf. Mensaje para La Jornada Mundial de la Alimentación, 2013).
El lema escogido para eta campaña, “Compartir es nuestra mayor riqueza”, nos lanza a una verdadera revisión de nuestra vida, de nuestros modos escandalosos y egoístas de vivir, a hacer examen de conciencia de nuestra fe y nuestro ser Iglesia. Sólo en el compartir lo necesario es posible sembrar de verdadera Esperanza, de Jesucristo y de caridad cristiana, nuestro mundo.
Son miles de colaboradores repartidos por cada una de las Diócesis españolas, movidos por la fuerza renovadora de la fe, poniendo en la Eucaristía el anhelo profundo de que imitemos a Cristo, que siendo rico se hizo pobre y compartió su filiación para que podamos experimentar que Dios es Amor. Ser hermanos nos envuelve en la dinámica constante del compartir todo lo que somos, desde los bienes materiales hasta la fe y la oración en el Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia. El Espíritu Santo es el generador que nos impulsa a vivir y a expresar cada día esta verdad constitutiva de nuestra fe.
Quiero felicitar a la Presidenta Diocesana de Manos Unidas y a tantos voluntarios que repartidos por cada rincón de la Diócesis hacen posible este milagro del compartir con su servicio precioso, sacrificado y generoso en cada una de las actividades que realizan para el bien de nuestras almas y de toda la humanidad.
Os animo a todos a ser muy generosos con los que más sufren, a comprometeros en el voluntariado de Manos Unidas, a seguir ayudándonos a salir de nuestras burbujas consumistas de cristal y a encontrar nuestra mayor riqueza en compartir, sembrando Esperanza, la única que no defrauda el corazón, la dignidad de los pobres y la que tanto agrada al Señor.
Con mi afecto y bendición.
+Francisco Jesús Orozco Mengíbar
Obispo de Guadix