En la Santa Misa de Nochebuena y Natividad del Señor de ayer 24 de diciembre el Papa Francisco inauguró el Jubileo con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro. Con el lema “Peregrinos de Esperanza”, la esperanza constituye el mensaje central del Jubileo 2025, y como el mismo Papa nos señala “el nacimiento del Hijo de Dios marca el momento concreto en que la esperanza entró en el mundo”. Así lo vemos en este Nacimiento que se encuentra en del Monasterio de Santa Inés.
El pasado año 2024 se ha cumplido el 650 aniversario de la fundación del Real Monasterio de Santa Inés de Sevilla, que tuvo lugar en 1374 bajo el patrocinio de Doña María Coronel. En el Coro bajo de este cenobio y situado al lado de la urna que contiene el cuerpo incorrupto de Doña María Coronel se encuentra un retablo que contiene este Nacimiento fechable a finales del siglo XVIII y principios del XIX, formado por la Virgen María, a la que se la invoca precisamente como Nuestra Señora de la Esperanza, San José y el Niño Jesús. Como señala el historiador Salvador Guijo tanto la imagen de la Madre como la del Hijo se pueden atribuir al escultor Juan de Astorga, mientras que el Santo Patriarca se relaciona con el artista italiano afincado en Sevilla Juan Bautista Patrone.
La Virgen de la Esperanza aparece arrodillada, con la mirada dirigida hacia el Niño recién nacido, presentando ambos brazos abiertos, como ofreciendo su Hijo al mundo para su salvación. Se trata de una imagen de vestir, y porta corona de Reina, obra del maestro Francisco Pérez, fechada en 1853. San José por su parte es una imagen de talla completa y aparece igualmente arrodillado ante la cuna que contiene al Salvador, sosteniendo en su mano izquierda la vara florecida, al tiempo que dirige su derecha hacia el pecho, con gesto de devoción y admiración.
El Niño Jesús está realizado en barro y aparece bendiciendo con su mano derecha, indicando que ya desde su nacimiento, ha venido a bendecir, perdonar y salvar al género humano. Aparece acostado en una rica cuna con molduras doradas en cuyo cabecero se dispone un relieve que representa a Dios Padre entre nubes, mirando a su Hijo y con los brazos abiertos sobre éste, coronando el conjunto el Espíritu Santo en forma de paloma, resaltando así el carácter trinitario del nacimiento del Hijo de Dios.
El fondo de la escena lo constituye un rompimiento de gloria, circundado de rayos dorados, en el que aparecen diversos querubines entre nubes, circundando la inscripción “GLORIA IN EXCELSIS DEO” (Lc 2, 14), en letras doradas. Según el investigador citado, su composición dieciochesca recuerda los modelos de ángeles y querubines de Cristóbal Ramos Tello.
Ante este bello misterio de amor y esperanza, recordamos las palabras del Papa Francisco: “el nacimiento de Jesús nos trae una esperanza segura, una esperanza visible y evidente, que tiene su fundamento en Dios mismo”.
The post Un Nacimiento en el Monasterio de Santa Inés first appeared on Archidiócesis de Sevilla.