Conocemos cómo se siente y vive estos días este seminarista que recibirá este ministerio este domingo 22 de diciembre a las 11hrs en la Santa Iglesia Catedral.
1- Este próximo domingo 22 de diciembre recibes el acolitado, un paso más en el Seminario. ¿Cómo te sientes?.
Muy bien, viviendo estos días previos con mucha ilusión ante la recepción de este nuevo ministerio que me acerca cada vez más al Sacramento del Orden. Considero que cada ministerio es una alegría para los candidatos pero también para nuestra Iglesia diocesana que ve en nosotros, los seminaristas, el futuro de la Iglesia.
2 – En todo este recorrido en el Seminario Diocesano, ¿qué ha supuesto para tí?. ¿Has sentido cómo Cristo va conformando tu corazón preparándolo para llegar a este momento?.
Tras estos seis años de periodo de formación, uno echa la vista atrás y veo el paso del Señor y cómo me ha ido modelando para ir configurándome a su Sagrado Corazón. Sobre todo, el tener más finura interior y ver desde sus ojos el mundo y las personas que me rodean. Me hace reflexionar y ver la grandiosidad del ministerio al que me llama, y también la responsabilidad de éste; pero entonces recuerdo las palabras de San Pablo: “Sé de quién me he fiado” (2Tm 1,12) .Consuela saber que con tan buen valedor, nada hay que temer.
3 – Ya recibiste el lectorado, la importancia de la lectura de la Palabra de Dios. ¿Cómo te has sentido ejerciéndolo?.
Siempre me ha gustado leer la Palabra de Dios durante la Misa. Actualmente cualquier feligrés ejerce de lector sin estar instituido, pero es cierto que durante esta etapa de ministerio he podido profundizar y ver crecer en mí el amor a la Palabra de Dios, a llenarme de ella, a dejarme hacer; en definitiva: estar adherido de tal manera con la Palabra que antes de hacer cualquier cosa, siempre pensar cómo lo haría el Señor, la Virgen,… o cómo me pueden ayudar a afrontar ciertas dificultades recordando pasajes de la Escritura.
4 – A partir del 22 de diciembre recibirás el acolitado. En este caso tienes la misión de servir en el altar a los sacerdotes y diáconos. Qué bonito es servir en el lugar donde Cristo se hace presente ¿verdad?.
Sí, siempre es un honor el estar cerca de las cosas del Señor, pero con este nuevo ministerio te acercas a su altar, el lugar más sagrado del templo donde se renueva el sacrificio incruento del Señor participando activamente de la liturgia de la Iglesia.
5 – Por último, me gustaría que a pocos días de la celebración del acolitado mandes un mensaje a esos jóvenes y no tan jóvenes que están pensando en seguir la vocación del sacerdocio.
Simplemente decirles a aquellos que se están planteando su vocación al sacerdocio que ¡merece la pena!. Que no tengan miedo como tantas veces nos dijo el Papa San Juan Pablo II y que hagan un buen discernimiento. Que no se cansen de buscar a algún sacerdote que les ayude en su discernimiento para encontrar su ideal personal, es decir, aquello que el Señor en su plan salvífico pensó de cada uno de nosotros desde toda la eternidad. Es lo más grande que podemos hacer en nuestra vida, encontrar nuestra vocación y si llegan dificultades, que sean perseverantes. Si tenemos la certeza de que Dios nos llama, luchar hasta el final; nada ni nadie gana a Dios en generosidad.
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