Las Hermanas Hospitalarias celebran el 25 aniversario de la canonización de san Benito Menni, fundador de la congregación (21 noviembre 1999). En Málaga, su legado en la atención a personas con enfermedad mental sigue siendo fundamental.
Las Hermanas Hospitalarias de Málaga conmemoran este año el 25 aniversario de la canonización de San Benito Menni, cuya visión fundacional sigue guiando su trabajo en la atención a personas con enfermedad mental, con la celebración de la Eucaristía, el 21 de noviembre, a las 11.00 horas, y un encuentro posterior fraterno de toda la comunidad Hospitalaria.
Menni llegó a esta ciudad en 1884 con la misión de restaurar la obra hospitalaria en España y, cinco años después (el 31 de mayo de 1889), inauguró en Málaga el primer centro de salud mental para mujeres en la región. A lo largo de estos 135 años, las hermanas han transformado su enfoque, integrando ciencia y caridad, y apostando por terapias no farmacológicas, como las que emplean nuevas tecnologías.
Susana García del Cid, responsable del área de comunicación del Hospital: «el liderazgo, el compromiso, la capacidad de análisis, la creatividad y el apoyo desde la complementariedad, son los cauces que hacen posible una organización siempre necesaria en un complejo asistencial con tantas personas atendidas y tantos profesionales implicados».
Hoy, la comunidad malagueña valora la labor de las Hermanas Hospitalarias que, desde un principio, enfrentaron el estigma social asociado a la enfermedad mental, que, tal y como nos cuenta Susana, «siempre fue un tema tabú, como si estuviera prohibido. Había casi que “esconder” a las personas que se atendían. Por esto, en la ciudad se conocía el centro como “convento de las locas” y se vivía muy a las espaldas de la sociedad”. Para ella, «el vínculo con la ciudad ha sido tan discreto como esencial. En las últimas décadas, la evolución hacia la superación del estigma social que padecen las personas con problemas de salud mental, sobre todo las más graves, las de alta complejidad, ha contado con el compromiso comunicativo y pedagógico de nuestro centro».
26 Hermanas
En la actualidad, la comunidad de Hermanas Hospitalarias en Málaga está compuesta por 26 hermanas, organizadas en dos grupos: unas dedicadas al cuidado de personas mayores y otras que participan activamente en la atención directa a personas con enfermedades mentales. Este equipo sigue fiel al espíritu de san Benito Menni, aplicando un modelo de atención integral y multidisciplinar que aborda no solo las necesidades médicas, sino también las emocionales y espirituales de los pacientes, además de «la especial importancia del voluntariado de adolescentes y jóvenes, ya que desde este contexto es posible la apertura social y el cambio de mentalidades».
El futuro de la congregación está marcado por nuevos desafíos, como la construcción de un edificio para atender a más de 120 personas con enfermedades mentales graves y el fomento de nuevos programas con la finalidad de romper con los estigmas. Para ello, es necesario un mayor apoyo político y social para mejorar la atención a las personas más vulnerables, pues «preocupa particularmente la falta de recursos para atender el creciente número de personas con problemas de salud mental. A los responsables políticos les pedimos sensibilidad para priorizar y apoyar los proyectos de atención a la vulnerabilidad».
Cabe destacar la colaboración que esta Congregación realiza con otras entidades o instituciones locales que favorecen a la obtención de un servicio más completo a las personas atendidas, pues «existen convenios de colaboración con la Escuela de Enfermería, con la UMA a través de la Facultad de Medicina y con otros centros de atención sanitaria como el Hospital Civil u otras instituciones de gestión privada, además del compromiso activo con la Pastoral de la Salud diocesana».
Susana, nos recalca las importantes funciones que llevan a cabo, no solo aliviando el sufrimiento de los pacientes, sino también promover su dignidad, autonomía y reintegración social. La Congregación trabaja para ofrecer un entorno donde las personas puedan vivir su enfermedad de manera lo más normalizada posible, participando activamente en su proceso de rehabilitación y en su vida comunitaria, ya que «estamos rodeados por una cultura del éxito, de la belleza externa, del poderío… y nos damos de bruces con nuestra humana y limitada condición. El encuentro y el compromiso con las personas atendidas en los centros de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, marca profundamente nuestras vidas. ¡Y para bien! Te hace más consciente, e intentar ser menos individualista».
Silvia Morales Albaladejo, estudiante de Comunicación