900 jóvenes parten hacia Guadalupe en la vigésimo novena peregrinación diocesana de jóvenes
La peregrinación de jóvenes a Guadalupe es una de las citas más esperadas en la “Dele” por todos los jóvenes, una experiencia de Iglesia joven, como resaltó el obispo de Córdoba en su homilía esta mañana, justo en la misa de envío de jóvenes a Guadalupe que se ha celebrado en la Santa Iglesia Catedral dando comienzo así a la peregrinación en la que este año participan 900 jóvenes de toda la Diócesis.
En su homilía, el Obispo ha resaltado el trabado de los voluntarios y los delegados para “descubrir esa dimensión joven de la Iglesia, porque a veces uno piensa que la Iglesia son cosas de mi abuelita o de mis padres”. Por el contrario, la Iglesia está viva, llevan en su seno “el futuro de la humanidad”. Monseñor Demetrio Fernández ha confesado a los jóvenes “lo vais a pasar estupendamente bien” y tendréis la oportunidad de descubrir “el planazo” que el Señor os tiene preparado y aun no habéis descubierto. Es importante que cada uno de los jóvenes sea consciente de que Dios quiere su felicidad y ésta se concretará por el camino del matrimonio o de la vida consagrada. El prelado ha querido recordar a los voluntarios y voluntarias de la Delegación de Juventud que este año han ingresado en distintas instituciones o conventos de clausura de vida activa y en el seminario.
En el Año Jubilar de San Pelagio, el niño mártir que da nombre al Seminario de Córdoba, el Obispo ha resaltado su figura y cómo expresó su amor a Jesucristo por encima de los halagos de Abd el-Rahman III, al que dijo que no quería ni sus reinos, ni el oro ni el moro, “quiero a Jesucristo, soy cristiano y quiero serlo para toda mi vida”, confesión que le valió a San Pelagio el martirio.
“Mira la Estrella, invoca a María” es el lema de este año, sacado de una oración de San Bernardo, un joven intrépido, creativo, renovador, que desde su juventud descubrió el amor tierno a la Virgen María. La Virgen de Guadalupe es vuestro destino este fin de semana, la diferencia entre un vagabundo y un peregrino es que el primero no sabe de dónde viene ni a dónde va, mientras que el segundo si lo sabe. Durante el camino sentiréis el cariño de “una Madre buena que desde el cielo os protege y os acompaña”, ha recordado monseñor Demetrio Fernández.
El Obispo ha continuado su alocución con varios consejos a los jóvenes. Por un lado, “cuando uno va a la guerra no se queja del pan duro o el agua caliente”, al igual que cuando uno va de peregrinación “no se queja de lo duro que está el suelo o si la comida llega o no llega”. La “austeridad” es parte de la peregrinación y es mejor buscar lo que al otro le puede venir bien, antes de buscar lo que te viene bien a ti. Hay que estar atentos y ponerse al servicio porque será una oportunidad de ofrecerle al Señor las incomodidades. Una peregrinación “curte y ayuda a despertar los mejores sentimientos del alma”.
El segundo y último consejo del prelado ha sido “acudid al sacramento del perdón”. Somos pecadores y hay que “limpiar el alma” porque con el alma limpia se verá todo de manera diferente. Os acompañan “un batallón de curas” para ayudaros en esta tarea.
Comienza Guadalupe 2024, desde hoy comienzan a andar, con la mirada puesta en la Virgen y acompañados por sacerdotes, seminaristas y religiosas, siguiendo el camino de cada año con tres paradas: Puerto de San Vicente, Alía y Guadalupe, donde el domingo celebrarán la santa misa ante la Virgen.
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