Las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado están celebrando durante este año el 75 aniversario de su fundación por Madre María Seiquer y Madre Amalia Martín. Una fundación que comenzó el 13 de septiembre de 1939. Por eso el pasado sábado se celebró, en el colegio de Villa Pilar, de la pedanía murciana de Santo Ángel, una Misa de acción de gracias presidida por el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, acompañado por el Vicario de la zona Suburbana II, D. Antonio Ballester; y el Delegado de Vida Religiosa, D. Miguel Ángel Gil; así como por medio centenar de sacerdotes de esta y otras diócesis en las que las hermanas están presentes.
Llegadas desde las diferentes casas que tienen repartidas por todo el mundo, las hermanas estuvieron acompañadas por profesores, padres y alumnos de los diferentes colegios que tienen en la Diócesis y personas vinculadas a la congregación.
Durante la homilía, el Sr. Obispo dio gracias a Dios por las fundadoras de la congregación, que comenzaron a trabajar en Santo Ángel durante la posguerra ayudando a los más necesitados. Una labor que rápidamente se fue extendiendo, de manera que en 75 años las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado tienen abiertas 27 casas en siete países. «Parece mentira que de un rinconcito tan pequeño de Murcia pudiera salir algo tan grande», explicó Mons. Lorca.
Recordó, además, que uno de los criterios fundacionales es estar presentes en los pueblos, cerca de la gente sencilla. Y agradeció la labor que realizan las hermanas que han llevado por todo el mundo «el olor a azahar, el buen olor de Cristo» entregando su vida por amor.
«Ser religioso hoy es un regalo de Dios y tiene pleno sentido. Dios puede valerse de una persona para hacer obras grandes y tocar el corazón de los demás», destacó el Sr. Obispo invitando a las hermanas y a todos los presentes a reflexionar sobre cómo viven su fe, «¿estamos dando y desgastando nuestra vida por Dios y los más necesitados?».
Además, pidió a los presentes que rezaran por las hermanas, para que Dios les envíe más vocaciones y para que el proceso de canonización de Madre María se haga realidad cuanto antes, «que nos conceda la gracia de verla pronto en los altares».
La congregación vivió también de forma intensa ayer domingo, día de la Exaltación de la Santa Cruz, el día grande para las hermanas y en el que la hermana Mª Pilar Nicolás inició su vida religiosa como novicia de la congregación.