La Divina Pastora de las Almas, patrona del barrio de Capuchinos, ha sido coronada canónicamente en el contexto de una solemne celebración eucarística que ha tenido lugar en la Catedral de Málaga y que ha presidido el obispo de Málaga, D. Jesús Catalá. En su homilía, el prelado ha manifestado que «hoy es un día grande y gozoso para la parroquia, para la Congregación y para todo el barrio de Capuchinos».
La imagen de la Divina Pastora de las Almas coronada volverá, en procesión de gloria, desde la Catedral a la parroquia Divina Pastora y Santa Teresa el sábado a partir de las 17.30 horas
Tras resumir la historia de la devoción a la imagen de la Divina Pastora de las Almas, Mons. Catalá afirmó que «la imagen de la Virgen María tiene sobrados motivos para ser coronada». Desgranando las extraordinarias virtudes de la madre de Dios, señaló que «La Divina Pastora comparte la solicitud del Hijo, Jesucristo, que es el Buen Pastor, que conoce a sus ovejas y las lleva a pastos abundantes y a manantiales de aguas vivas. Por ello, «terminado el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial y ensalzada por el Señor como Reina del universo». Desde allí ejerce su pastoreo, unido al de su Hijo; desde allí nos acompaña en este valle de lágrimas; desde allí, nos cuida maternalmente como Divina pastora, cura nuestras heridas, nos consuela en las penas y enjuga nuestras lágrimas».
Coronación Canónica de la Divina Pastora. Imagen Canal Málaga
Al igual que la imagen de la Divina Pastora acaricia tiernamente a una oveja, Mons. Catalá recordó que «la Virgen nos acaricia y nos anima a seguir al Buen Pastor porque, siguiendo al Buen Pastor, tendremos vida».
Mons Catalá pronunciando la homilía durante la Eucaristía con motivo de la Coronación Canónica de la Divina Pastora. Imagen Canal Málaga
D. Jesús pidió a la Divina Pastora «que la coronación de su imagen deje en nosotros una huella imborrable, que nos recuerde siempre que somos sus hijos amados y que debemos corresponder a su amor. Caminemos cada día junto a nuestra Madre, venerándola como Reina y Señora de nuestras vidas, como Pastora nuestra, siguiendo a su Hijo Jesucristo en comunión y fraternidad con todos los cristianos, con las parroquias y con toda la Iglesia».
Mons. Catalá reza ante la imagen de la Divina Pastora antes de ser coronada
El Sr. Obispo se dirigió finalmente a los fieles y devotos de la Virgen: «queridos capuchineros, mantengamos la fe, la esperanza y la caridad que el Señor nos regaló en nuestro bautismo. Y caminemos siempre de la mano de la Divina Pastora de las Almas, para compartir con Ella la victoria de su Hijo y conseguir también la corona de gloria que Ella ya recibió, que no se marchita».