El Obispo de Bangassou preside la Eucaristía en el Monasterio de santa Ana al inicio del octubre misionero
La iglesia del Monasterio de santa Ana reunió a fieles y voluntarios de la Delegación diocesana de Misiones en una Eucaristía presidida por el obispo de Bangassou, el misionero comboniano Juan José Aguirre, que inició su homilía creando una preciosa imagen: las agujas de un reloj son movidas por la maquinaria que no se ve, igual que la oración mantiene viva la misión. De esta manera, el obispo cordobés definió la acción de las religiosas contemplativas que como esta comunidad carmelita reza incansablemente.
En su alocución, aseguró que «muchas cosas en la Iglesia no se podrían llevar adelante si no fuera por esta oración silenciosa de los contemplativos y contemplativas». Por esta razón, monseñor Juan José Aguirre afirmó que en esta celebración «ponemos en el altar a todos los misioneros y misioneras que están dando su vida día a día por los más pobres» y considero que para eso «el Señor nos ha llamado con un carisma especial para dar nuestra vida por Él en tierras lejanas, fuera de nuestras propias naciones para predicar el evangelio y transmitir la fe».
Esta Eucaristía es parte esencial del programa principal del octubre misionero y con ella arrancan las actividades que tendrán lugar hasta el día 20 de octubre. Ante esta celebración de la Iglesia, el obispo afirmó que «la Iglesia no se está quedando sin vocaciones. La Iglesia es universal tiene ahora mismo miles de misioneros de centenas de nacionalidades y rezamos por todos ellos».
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