Como todos los años, el fin de semana posterior a la Natividad de la Virgen María, miles de peregrinos de todas partes de la provincia almeriense han acudido al Cerro de Monteagud para visitar a la Virgen de la Cabeza.
El inicio del fin de semana no fue fácil, ya que el viernes por la tarde sorprendió a todos un apagón que había afectado no solo al santuario, sino también a otros pueblos cercanos. A esto se sumó que hasta el sábado una densa niebla invadió el cerro. El frío, la humedad y la oscuridad dificultaban la estancia en el santuario, pero eso no impidió a los peregrinos poder visitar a la Virgen en su camarín, iluminada por la luz de las velas que éstos encendían en su honor.
Llegó la tarde del sábado, y la luz volvió al Santuario, tanto la iluminación eléctrica como la del sol, cuyos rayos atravesaban por fin las nubes que se disipaban poco a poco dejando un cielo despejado, siendo posible avistar así todos los pueblos que se ven desde la cima del cerro.
Los peregrinos pudieron seguir subiendo al camarín de la Virgen con total normalidad. La actividad en el Santuario estuvo centrada como en otros años en la celebración de la Eucaristía y en el rezo del Santo Rosario. Pero también era posible presentar a los niños a la Virgen y pasarlos bajo su manto, además de solicitar bendiciones para embarazadas que esperan sus hijos, para matrimonios casados por la Iglesia o parejas que fueran a casarse, o incluso para enfermos, todos ellos para invocar la protección de nuestra Madre que reside en el corazón de la provincia, esperando allí durante todo el año a los almerienses.
Ha sido un fin de semana digno de enmarcar para todos los peregrinos que han acudido a la Virgen del Cerro de Monteagud un año más para ponerse bajo su protección y pedirle por sus deseos, tribulaciones, seres queridos y todo lo que llevan en su corazón. La Virgen de la Cabeza sigue esperando a todos los almerienses con la Eucaristía los segundos y últimos domingos de cada mes, durante el resto del año.