Superadas las pruebas que les presentó el camino, los 60 jóvenes de la parroquia de San Francisco Javier de Los Barreros (Cartagena) que el pasado viernes iniciaba a pie una peregrinación desde Alguazas, llegaron el domingo al santuario de Nuestra Señora de la Esperanza con la alegría de encontrarse con María. Rocío Nicolás, de 21 años, asegura que el camino ha sido duro, «pero Jesucristo ha estado conmigo en todo momento, mostrándome mi debilidad como persona y regalándome las fuerzas y todo lo que necesitaba para recibir a su Madre con los brazos abiertos. Una experiencia inolvidable».
La peregrinación, recorrió unos 80 kilómetros, haciendo noche en los salones parroquiales de Archena, Cieza y Calasparra. Una de las catequistas que acompañaba al grupo, Dª Dolores Ortuño, explica que aunque el camino ha sido duro, los jóvenes llegaron contentos al santuario mariano de Calasparra, «llenos de Espíritu, con multitud de experiencias vividas y deseando volver a la próxima peregrinación que la parroquia organice». Uno de los más jóvenes del grupo, Israel Nicolás, de 16 años, se lesionó la primera etapa y asegura que aun así vivió esta experiencia sintiéndose peregrino «y ayudado por los demás; ha sido una experiencia única».
El domingo más de 200 personas de la parroquia se unieron a los jóvenes para disfrutar de un día de convivencia y celebrar juntos la Eucaristía en el santuario de la Esperanza. Otra de las jóvenes, Mª Carmen Otón, de 19 años, afirma que Dios la sorprende «incluso cuando creo que todo está perdido. Él tuvo poder para traerme a esta peregrinación y hacer que mediante la confesión me sintiera amada por Él. Dios me pidió que le diera mis pecados, ¿acaso existe más amor que ese?».