35 feligreses de El Alquián celebran un anhelado momento: su confirmación

Diócesis de Almería
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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería.

Cuando recién pasaban las once se adentraba en el templo parroquial de El Alquián, casi por sorpresa, un invitado muy esperado. No era otro que el Obispo diocesano que con su cercanía en seguida se ganó a la feligresía. En efecto, la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen de El Alquián se vestía de fiesta para acompañar a un buen grupo de hermanos de la comunidad en el día de su Confirmación. De hecho, treinta y cinco feligreses se habían venido preparando en el «aula del Carmen» para tan anhelado momento que vivieron con gran emoción.

Y es que desde 2015 no se celebraban confirmaciones en la parroquia. Por ello, el día de ayer ha supuesto una inmensa alegría para toda la comunidad cristiana de ese barrio capitalino. Una confirmación es siempre una invitación para vivir un momento irrepetible de encuentro con Jesús, un momento en el que el corazón se desborda de alegría al recibir el don del Espíritu Santo.

La celebración comenzó con una solemne procesión de los confirmandos, quienes caminaron con alegría y entusiasmo hacia el altar, seguidos del párroco, don Joaquín y monseñor Gómez Cantero. Durante la ceremonia don Antonio ha recordado lo importante que es para la vida del cristiano la participación activa en el sacramento de la Eucaristía. Ha comentado que hace unas pocas semanas un joven pidió hablar con él y cómo en esa conversación le refirió que hacía varios años que él mismo le había administrado el sacramento de la confirmación. A partir de ese instante su vida había cambiado. A continuación, instó a los presentes a vivir de acuerdo con los valores cristianos y a ser testigos del amor de Dios en sus vidas cotidianas.

Uno a uno los confirmandos se acercaron al altar donde el Sr. Obispo les impuso las manos y los ungió con el Santo Crisma, símbolo del Espíritu Santo que fortalece su fe y les concede los dones necesarios para vivir como discípulos de Cristo.

Tras la ceremonia, la alegría desbordó los corazones de todos los presentes, creando un ambiente de hermandad y gratitud en torno al prelado diocesano por este acontecimiento tan significativo.

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