Cada 16 de abril el Movimiento Cultural Cristiano (MCC) recuerda a los millones de niños esclavos que hay en el mundo.
Hace 30 años que este movimiento del laicado asociado viene denunciando esta lacra a través de la historia de Iqbal Masih, un niño pakistaní vendido por sus padres a la mafia tapicera de su país. Tras ser rescatado, fue asesinado combatiendo esta injusticia. “Desde entonces hemos seguido investigando el tema, poniendo rostros a los niños y señalando las causas de este crimen contra la infancia que hoy sigue cometiéndose”, explican fuentes del MCC.
Para recordar este día, han organizado una serie de actos por toda España (concentraciones, marchas, Eucaristías…) durante todo el mes de abril. Concretamente en la Archidiócesis de Sevilla el acto central tendrá lugar el viernes, 12 de abril, en la Parroquia de la Blanca Paloma. A partir de las seis y media de la tarde se rezará un Vialucis bajo el lema ‘De la Resurrección a Pentecostés con los niños esclavos’, que discurrirá hasta la Parroquia de Ntra. Sra. de la Candelaria. Allí se celebrará la Eucaristía a las ocho.
Atención a los huérfanos
En esta ocasión, la campaña del 16 de abril contra la esclavitud infantil pone el foco en la orfandad que suelen sufrir estos niños: “Cada una de las circunstancias que convierte en huérfanos a 400 millones de niños constituye el catálogo de crímenes contra la infancia que venimos denunciando al hablar de la esclavitud infantil”.
“Hay huérfanos por el hambre, la pobreza y por enfermedades perfectamente evitables en pleno siglo XXI”, denuncian en un manifiesto que han hecho público con motivo de este día. En este sentido, hacen referencia a la lucha por el control de minerales de la transición energética, como el coltán. Concretamente, lamentan que en El Congo “se han contabilizado en sus minas a más de 40.000 niños”.
También señalan que hay huérfanos a causa de las guerras. En su comunicado mencionan Gaza y Ucrania, así como “otras tantas regiones del mundo donde la guerra lleva décadas cronificada y en la que los niños son reclutados a la fuerza”.
Por otra parte, reflexionan sobre cómo las migraciones forzosas dan lugar a los menores no acompañados, a los que “se les fuerza a la orfandad”. Esto puede traer como consecuencia “otros escenarios que en no pocas ocasiones ahondan esta herida y la hacen mortal. Hablamos de las cárceles y de los centros de menores; de las pandillas, maras o bandas”.
Ante este contexto, defiende que “la situación de orfandad, como la esclavitud, no es un mero dato sociológico. Es una condición existencial. Orfandad es sinónimo de vulnerabilidad extrema, de carencias esenciales para el desarrollo normal de la infancia”.
Sin embargo, desde una perspectiva esperanzadora, el Movimiento Cultural Cristiano recuerda a los millones de familias que “han tratado de paliar esta situación de orfandad abriendo enteramente sus hogares a estos niños, ofreciendo incondicional y gratuitamente su vida, realizando sacrificios incontables”. “Unimos a sus luchas diarias nuestra denuncia permanente a las causas de las injusticias que han movilizado su conciencia -continúan-. Ellas, unidas a esta corriente, hacen patentes el Bien que proclama que somos comunión- solidaridad, que estamos llamados a ser responsables los unos de los otros, que no somos ni estamos llamados a ser ‘huérfanos’”, concluyen el texto que puede leer íntegramente aquí.
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