La parroquia de la Inmaculada Concepción, en Arroyo de la Miel, acogió al Sr. Obispo dentro de la Visita Pastoral que viene realizando por el arciprestazgo de Fuengirola-Torremolinos. Una jornada muy completa pues por la mañana D. Jesús visitó la parroquia de Santo Domingo, en Benalmádena pueblo.
«Lo recibimos con alegría e ilusión. Este acontecimiento ha supuesto un momento de Gracia para la comunidad, que agradece la cercanía y el cariño mostrado por nuestro obispo y, sobre todo, sus palabras de ánimo y aliento en la fe», afirma el párroco, Miguel Ángel Martín.
La visita comenzó en una de las residencias que atiende el equipo de Pastoral de la Salud, en la que «D. Jesús dirigió unas palabras de aliento y administró la bendición a un centenar de ancianos de nuestra comunidad. Después lo acompañamos a visitar a Anita. Es una de las colaboradoras más antiguas de la parroquia y, desde hace unos meses, debido a un accidente doméstico, no puede asistir a la parroquia; fue un momento entrañable y cercano por el que quedó muy agradecida», comparte el párroco.
Tras la visita, llegaron al templo, donde se encontraba un grupo numeroso de feligreses que habían preparado una calurosa bienvenida para el prelado. Miembros de las diferentes realidades parroquiales esperaban su llegada: ministros de la Eucaristía, catequistas, voluntarios de Cáritas parroquial, hermandades y cofradías, y el grupo joven de la parroquia.
Tras la bienvenida, el Sr. Obispo se dispuso para administrar el sacramento de la penitencia a quien lo desease y después dio paso a la Asamblea Parroquial: «en la que nos dirigió un mensaje de aliento, recordándonos el sentido y fundamento de la fe en el Dios de Jesucristo, a través de una catequesis basada en las tres secciones del catecismo, y recordándonos la importancia de la transmisión de la fe como fundamento de la misma: “El cristiano no cree en ideas o conceptos, sino en el testimonio de aquellos que vieron y experimentaron la vida, muerte y Resurrección de Jesús, transmitida a lo largo de la historia”, nos decía», recuerda el párroco, «algunos fieles le manifestaron sus inquietudes y preocupaciones, buscando en él su consejo paternal. Los temas variaron entre las dudas acerca de los procesos para la elección de candidatos a la causa de los santos, hasta dudas acerca de cómo acercarse al texto bíblico para el estudio y la oración, pasando por diversas inquietudes relativas a los procesos de la iniciación cristiana, fue un diálogo fraterno y rico para toda la comunidad».
La jornada terminó con la celebración de la Eucaristía en la que un grupo de adultos de la parroquia, que se había preparado para la ocasión, recibió el sacramento de la confirmación, «una celebración en la que todos los grupos parroquiales pusieron su cariño, colaboración y esfuerzo para que saliera lo mejor posible. Fue el perfecto broche para un día de gozo en nuestra comunidad parroquial. El Sr. Obispo nos alentaba en la homilía a “transfigurarnos” cada día, dejando ver a través de nuestro testimonio la gracia de Dios que hemos recibido, deseando configurarnos plenamente con Cristo en el camino de la vida eterna», añade Miguel Ángel Martín.
Tras la Eucaristía, compartieron un ágape fraterno organizado por los jóvenes, con todo lo que la comunidad aportó para compartir. Ahí «pudimos seguir, ya en un tono más informal, compartiendo y charlando con D. Jesús. Damos gracias a Dios por esta experiencia y seguimos orando por nuestro Obispo, para que el Señor le acompañe en su ministerio y nos sentimos reconfortados por su visita, que nos alienta a seguir firmes en la fe», concluyó.
