Rosalina Santos es voluntaria de Manos Unidas Málaga desde el año 2014 y, como parte del equipo directivo, ha podido viajar a la India a ver in situ cómo esta ONG Católica para el Desarrollo «cambia la vida de tantas personas con tan poco»
Cada año, esta ONG Católica selecciona a 12 personas entre las 72 delegaciones de toda España para que puedan conocer de cerca los proyectos que llevan a cabo. En la India, Rosalina ha podido ponerle rostro al lema de la campaña de este año: “El efecto ser humano. La única especie capaz de cambiar el planeta”.
«En Calcuta y sus alrededores visitamos ocho proyectos, la mayoría en zonas rurales, y cada uno diferente: de educación, de formación comunitaria, de apoyo a la mujer, de agricultura… Y es entonces cuando te das cuenta de que con muy poco dinero mejoras la vida de mucha gente. Para ellos marca la diferencia tener un punto de arranque y una esperanza de poder cambiar sus vidas, pero siempre son ellos los artífices de su desarrollo».
Hace apenas tres meses que volvió esta voluntaria y explica que «al visitar un colegio de los salesianos, vimos un edificio en el que ponía: “Construido por Manos Unidas”. Fue en los años 80 y eran los aseos para los niños del internado. Ahora les estamos ayudando en otro proyecto» explica Santos. Al igual que las adoratrices, que apoya Manos Unidas en la zona, «se centran en ayudar a niñas que desde los 13 años ejercen la prostitución en el barrio rojo. Lo más común es que sus madres también fueran prostitutas y están en un círculo vicioso. Las hermanas adoratrices las ayudan psicológicamente y con formación higiénica, pero, además, les dan formación para que cuando consigan salir sean capaces de mantenerse. Les enseñan a hacer velas, costura o estética. Incluso las ayudan con sus hijos para que no entren en la misma rueda», asegura.
Cuando ves, continúa esta malagueña, «lo que ellos llaman casa, esos pequeños cubículos sin ventanas, rodeados de basura, con un camastro y en el que viven cinco personas: padres, hijos y nietos, te das cuenta de que no somos conscientes de la suerte que tenemos. Nosotros no hemos hecho nada para nacer aquí y ellos allí. Te podía haber tocado en aquel lado. Cuando te encuentras de frente esta realidad ves lo afortunadísimo que eres y la suerte que tienes de vivir en la sociedad del bienestar».
A lo largo de estos 65 años han sido muchos los receptores de la ayuda de Manos Unidas, todos ellos con una cosa en común, como explica Rosalina Santos, «son gente con la que nadie cuenta porque en muchos casos no interesa, sólo son mano de obra barata. Ni siquiera tienen la condición de ciudadanos, es como si no existieran, no tienen ni un carné de identidad, bien porque vienen de la trata de índole sexual o del campo. Al no tener identidad, no pueden acceder a las ayudas que ofrece el Gobierno de la India. Por eso, uno de los proyectos que visitamos consistía en ayudar a esas personas a que consigan su condición de ciudadanos, algo tan básico como eso».
DONATIVOS MANOS UNIDAS
TLF: 900 811 888
BIZUM 33439
