¡Vamos a Lisboa!

Jornada Mundial de la Juventud 2023

El papa Francisco convoca a todos los jóvenes del mundo a un Encuentro con Cristo en
su Iglesia en la ciudad de Lisboa, durante la primera semana del próximo agosto, dentro
de una semana. Se trata de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2023, bajo el
lema “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39). María en la anunciación del
ángel, recibió la buena noticia de que iba a ser la Madre de Dios y se le dio como signo
el que su prima Isabel, ya mayor, iba a dar a luz un hijo. María no se quedó en casa
tranquilita y saboreando la dulzura del mensaje del ángel, sino que se levantó y partió
sin demora para echar una mano a su prima Isabel. Ese gesto de María da el tono a esta
JMJ de Lisboa 2023.
Este encuentro viene a prolongar una serie de JMJs desde que el Papa san Juan Pablo II
comenzara esta feliz iniciativa en la década de los ´80, hace cuarenta años. La diócesis
de Córdoba ha sido y es puntera en este camino de las JMJs. De ahí han brotado las
peregrinaciones a Guadalupe, a nivel diocesano, que encuentran un complemente
precioso en las Jornadas Mundiales de la Juventud: Iglesia particular, Iglesia universal.
Siempre Iglesia joven, que está viva y lleva en su seno el futuro de la humanidad.
“Cristo está vivo y te quiero vivo”, repite el Papa Francisco. En Córdoba hemos vivido
el Sínodo de los Jóvenes, desde 2019 hasta ahora, durante el cual los jóvenes han sido
escuchados, han sido acompañados, han ido preparando esta JMJ 2023.
Las Jornadas Mundiales de la Juventud han ido configurando una Iglesia joven,
misionera, que llega a los jóvenes de todo el mundo y supone un impulso nuevo a la
pastoral juvenil bajo la guía del Papa, ahora del Papa Francisco. Cada generación ha de
ser evangelizada de nuevo con el testimonio de los propios jóvenes de cada momento,
así se ha transmitido la fe de generación en generación. En esa transmisión han
intervenido los padres y abuelos, los catequistas, los sacerdotes. Pero son los jóvenes los
principales evangelizadores de los jóvenes de su generación. “La fe se fortalece
dándola”, decía Juan Pablo II.
La Jornada Mundial de la Juventud es un encuentro, que viene preparado cada tres años
desde las parroquias, los colegios, los grupos y comunidades, desde toda la realidad
juvenil que se va renovando continuamente. Y ese encuentro juvenil a nivel mundial
imprime un impulso precioso para continuar la tarea de evangelizar esta generación. A
los jóvenes les hace mucho bien ver una Iglesia universal, joven, dinámica, vivir estos
días de comunión y encuentro con otros jóvenes del mundo entero, ser acogidos por las
diócesis como si fueran sus hijos. Les hace mucho bien cantar, bailar, adorar al Señor,
confesarse, participar en la Eucaristía. Es decir, pasárselo bien precisamente por ser
cristianos. No necesitan ni porros, ni preservativos, ni alcohol para vivir una alegría
inolvidable.
El momento del encuentro es también momento vocacional. Jesucristo sigue llamando a
los jóvenes, cuenta con ellos para construir su Iglesia y renovar el mundo, y los llama a
todos para que estén con él y hacerlos corresponsables de transmitir al mundo su
Evangelio. A muchos de ellos los llama por el camino del matrimonio cristiano, y las
JMJs son lugares de encuentro, de conocimiento, de compromiso. En las JMJs han
surgido muchos noviazgos o se han afianzado definitivamente. A otros muchos los
llama a la vida consagrada, a estar con él con exclusividad, a seguirle a él en pobreza,

castidad completa y obediencia. Es la vida religiosa, que tanto necesita la Iglesia y que
tanto bien hace a la humanidad. Y a otros muchos jóvenes los llama al sacerdocio
ministerial, para prolongar a Jesús en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía y en
el perdón, para acompañar al Pueblo santo de Dios. Qué plan tiene Dios para mí, para
hacerme feliz, para servir hoy a su Iglesia y al mundo. Es la pregunta ineludible de los
jóvenes que asisten a la JMJ de Lisboa.
Acompañamos a los jóvenes de Córdoba, que peregrinan a Lisboa para participar en
este precioso Encuentro, con nuestra oración, con nuestro interés, con nuestro apoyo. Es
un momento de gracia para nuestra diócesis, acojamos todas las bendiciones de Dios
que nos vengan por este cauce.
Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba.

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