En una fecha aún por determinar.
Nuestro arzobispo D. José María Gil Tamayo ha concelebrado esta mañana la Eucaristía en la que el Papa Francisco ha bendecido los palios arzobispales, que han recibido los arzobispos metropolitanos nombrados durante el último año. Junto a una treintena de arzobispos metropolitanos de todo el mundo, además de D. José María hay otros tres arzobispos españoles que reciben este palio: Mons. José Cobo (Madrid), Mons. Francisco José Prieto (Santiago de Compostela) y Mons. Enrique Benavent (Valencia).
El palio arzobispal bendecido por el Papa esta mañana y recibido en Roma será impuesto al arzobispo Mons. Gil Tamayo en la Catedral de Granada en una celebración cuya fecha está aún por fijar.
El palio representa la comunión con el Papa Francisco y está compuesto por una faja de lana blanca sobre el cuello, adornado con seis cruces, recordando la figura del Buen Pastor, encarnada por el mismo Jesucristo, de apacentar y guiar al Pueblo de Dios. Tras su bendición por el Santo Padre, los arzobispos metropolitanos han realizado el Juramento.
“¿QUIÉN ES JESÚS PARA MI?”
El Papa Francisco ha iniciado su homilía con la pregunta “quién es Jesús para mi, quién es Jesús para mi vida”, a la que responde partiendo de la experiencia de vida de Pedro y Pablo, los dos santos apóstoles cuya fiesta litúrgica celebramos hoy 29 de junio.
“Pedro, por tanto, nos dice que a la pregunta ‘¿quién es Jesús para mí?’ no basta responder con una fórmula doctrinal impecable, ni siquiera con una idea que nos hayamos construido de una vez por todas. No. Es siguiendo al Señor como aprendemos a conocerlo cada día; es haciéndonos sus discípulos y acogiendo su Palabra la manera en que nos convertimos en sus amigos y experimentamos su amor transformador. Ese ‘inmediatamente’ resuena también para nosotros: si podemos posponer tantas cosas en la vida, el seguimiento de Jesús es inaplazable; ahí no podemos dudar, no podemos poner excusas”, ha explicado el Papa en su homilía.
Por su parte, en la respuesta a esa pregunta desde la persona de Pablo, el Papa señala: “Pablo, entonces, nos dice que a la pregunta «¿quién es Jesús para mí?» no se responde con una religiosidad intimista, que nos deja indiferentes ante la inquietud de llevar el Evangelio a los demás. El Apóstol nos enseña que crecemos en la fe y en el conocimiento del misterio de Cristo cuanto más somos sus heraldos y testigos”, explicó. “La Palabra que llevamos a los demás vuelve a nosotros, porque en la medida en que damos, recibimos mucho más (cf. Lc 6, 38). Esto también es necesario para la Iglesia de hoy: poner el anuncio en el centro. Ser una Iglesia que no se cansa de repetir ‘para mí la vida es Cristo’ y ‘ay de mí si no predico el Evangelio’”.
La Santa Misa en el Vaticano, en esta Solemnidad, que comenzó con la bendición del palio arzobispal, concluyó con la oración conjunta ante la tumba de San Pedro del Papa Francisco y el Representante del Patriarca de Constantinopla, como signo de unidad de los cristianos y ecumenismo.
La Eucaristía en la Solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo puede verse en este enlace, en una retransmisión producida y realizada por Vatican Media.
Paqui Pallarés