Cáritas de Sevilla atendió a 46.319 personas durante 2022. Este es el principal titular del informe anual de Cáritas Diocesana de Sevilla que se presentó el pasado martes. En el documento se alerta de una “exclusión persistente, agudizada por la subida de los precios” y “el lastre de los alquileres”, y la institución advierte también contra la insuficiencia de la protección social y la brecha digital. Para combatir esta situación, Cáritas invirtió casi trece millones de euros durante 2022 en su labor de acompañamiento a más de 14.500 familias. Mariano Pérez de Ayala comparte la dirección de Cáritas Diocesana con la presidencia de la institución a nivel regional.
¿Cómo es posible que, año tras año, sigamos anunciando que Sevilla cuenta con varios de los barrios más pobres de España?
Porque tenemos estructuralmente, en muchas zonas de la ciudad, una situación de pobreza y exclusión que no está siendo abordada con la integralidad y profundidad que serían necesarias para superarla. Las medidas son muy esporádicas, muy coyunturales, con lo cual se perpetúa la situación de exclusión en estos barrios.
Habla de una situación estructural ¿No tiene solución?
Sí la tiene, pero habría que poner las medidas idóneas y luego evaluar el resultado de esas medidas. Otra cosa que no se hace, y hay que actuar en muchos frentes: el de la educación, el acompañamiento a las familias, la búsqueda de empleo… Y eso es lo que no se hace. Son parches lo que se van poniendo.
¿No estamos quizás ante una sociedad, la local, la sevillana, algo insensible ante realidades como esta?
La sociedad sevillana no es insensible, pero a veces actúa a golpes de… No hay una solidaridad sostenida, y un ejercicio de la acción social sostenido en el tiempo. Muchas veces caminamos a impulsos. Ante situaciones graves acudimos, pero luego nos olvidamos. Eso ha ocurrido en la pandemia, en la que ha habido solidaridad por parte de la población, pero después baja la tensión.
Es verdad que cuando se hacen colectas puntuales la sociedad sevillana responde
Sí, sí. Tenemos ejemplos muy cercanos, el Covid, el caso de Ucrania… Hay crisis, y la sociedad sevillana responde.
¿Qué hace Cáritas Diocesana en estas barriadas?
Cáritas lleva actuando mucho tiempo en esas barriadas. Desde atención primaria, a las necesidades básicas de las familias -que son grandes-, Cáritas tiene programas de acompañamiento a las familias, de búsqueda de empleo, de refuerzo escolar, nos interesa mucho trabajar sobre todo con los jóvenes y la infancia, etc. Llevamos mucho tiempo trabajando en esas barriadas. Cáritas, ni la Iglesia, se ha olvidado nunca de esta zona.
Y para todo eso hacen falta medios
Cáritas se nutre fundamentalmente, el gran aporte de sus recursos viene de la comunidad cristiana, las colectas y los socios. Es verdad que entre los socios hay personas que no participan de la vida de la Iglesia, pero la gran mayoría de los socios de Cáritas son miembros de las distintas parroquias y comunidades. Y luego, gracias a Dios, hay personas generosas que nos hacen depositarios de legados y colaboraciones muy importantes. También desde el ámbito de la empresa y de la economía. Gracias a Dios, esto nos permite tener un nivel para atender estas necesidades.
¿Las crisis pasadas han aumentado el voluntariado de Cáritas?
El Covid supuso una crisis en un determinado voluntariado. Sobre todo, en el momento duro del confinamiento, a voluntarios de cierta edad nosotros les recomendábamos que no atendieran presencialmente. Pero ya hemos recuperado un nivel de voluntariado importante. Tenemos que tener en cuenta que en Sevilla Cáritas cuenta con cerca de tres mil voluntarios. No hay ninguna organización de voluntariado que tenga los niveles de participación que tiene Cáritas.
¿Cualquier persona puede ser voluntario de Cáritas?
La gran mayoría de nuestros voluntarios proviene de nuestras comunidades, de parroquias, movimientos, etc, pero hay gente que se acerca a Cáritas porque comparte los valores que Cáritas defiende, que, en definitiva, son los valores de la fraternidad y de la ayuda a los más excluidos. Entonces, siempre que compartan esos valores son bienvenidos a Cáritas, aunque evidentemente Cáritas es una institución de la Iglesia y defiende los valores del Evangelio.
¿Queda alguien al que haya que recordar que Cáritas es la Iglesia?
Es muy difícil. Somos la Iglesia. Nosotros decimos que Cáritas es la propia Iglesia en el ejercicio de la acción y la ayuda a los más pobres.
Ante los nuevos tipos de pobreza, ¿hacen falta también nuevas acciones para combatirla?
La pobreza tiene unas caras hoy en día que tienen que ver con gente con poca formación laboral y largos períodos de imposibilidad de acceso al empleo, tiene que ver mucho con la situación de marginación que tiene la mujer, con familias en las que la única sustentadora es una mujer, o familias monoparentales con mujeres con varios menores a su cargo. La pobreza hoy día tiene también un rostro conectado con la inmigración, la salud mental, la situación de personas en calle (que ha aumentado)… Una organización que trabaje en la acción social tiene que estar siempre pendiente de cómo va cambiando la realidad, e intentar dar una respuesta acorde.
¿Acepta Cáritas sin más ese papel subsidiario en la atención social, por la incapacidad u omisión de las administraciones?
La garantía de los derechos tiene que estar cubierta fundamentalmente desde lo público. Pero lo público, sobre todo en la acción social, tiene muchas lagunas, muchos agujeros por los que se van aumentando las situaciones de pobreza y exclusión, y, por otra parte, Cáritas, como organización de la Iglesia, nunca se olvidará de los pobres. Nunca. Por tanto, la acción de Cáritas, la acción de la Iglesia en la lucha contra la pobreza y en la defensa de condiciones de vida digna para todas las personas, siempre será necesaria, porque desgraciadamente siempre existirán esas situaciones.
¿Qué le pide al nuevo alcalde de Sevilla?
En la campaña electoral he oído la insistencia de los partidos que han obtenido representación en luchar contra la pobreza, en poner en marcha políticas sociales que realmente hagan superar esas situaciones estructurales que comentábamos al principio. Y yo lo que pido a los responsables públicos recientemente elegidos es que cumplan sus promesas electorales y que las políticas sociales, las políticas de lucha contra la pobreza y exclusión ocupen un lugar importante en la acción de nuestro ayuntamiento.