La profunda devoción de san Simón Stock (16 de mayo) a la Virgen le ha valido históricamente el sobrenombre de “el amado de María”.
Y es que, según cuenta una piadosa leyenda, las continuas peticiones del que fuera general de la Orden del Carmelo a la Madre de Dios implorando su protección para la congregación fueron recompensadas con una aparición de la mismísima Virgen, que le hizo entrega del Santo Escapulario del Carmen.
Esta prenda, consistente en dos trozos de tela unidas por sendos cordones que se cuelgan al cuello y que representan la vestimenta carmelita y, con ella, la protección de la Virgen del Carmen, está muy difundida en el mundo entero y, todavía hoy, es objeto de devoción de millones de fieles. San Juan Pablo II bautizó, por ello, al santo que nos ocupa hoy con el sobrenombre de “el santo del Escapulario”. En las distintas comunidades de la gran familia carmelitana en Málaga, el escapulario se impone de forma solemne a los fieles cada 16 de junio, en la festividad de la Virgen del Carmen.
San Simón Stock falleció, casi centenario, el 16 de mayo de 1265, pasando a la historia como gran reformador de una orden, en origen eremita, y que pasó a ser cenobita (comunitaria) y mendicante.