El delegado de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga, Rafael Pérez Pallarés, habla sobre Evangelio, unidad y cofradías en su comentario para esta IV semana de Cuaresma.
Es imposible entender Andalucía sin la fuerza de la religiosidad popular. De nuestras hermandades y cofradías. Y conviene recordarlo en esta Cuaresma que vivimos, a tiempo y destiempo. Si éstas transitan por el camino del Evangelio son caudal de espiritualidad.
Las hermandades y cofradías, presentes en muchas de nuestras parroquias, pueden acercar a Dios. Para que esto suceda, es necesario que la unidad en el seno de la hermandad se dé. La unidad en torno al Evangelio, a los hermanos y hermanas. ¡Qué palabra más bonita, hermandad! Depende de cada cofrade que la palabra hermandad sea una verdad, una realidad, un testimonio. Se necesita unidad para ser creíbles, urge honestidad para ser veraces. Claman al cielo las divisiones que, en ocasiones, experimentamos en el seno de la Iglesia. Y recordemos que las hermandades y cofradías, que son Iglesia, no están exentas de ese riesgo. Tampoco en Cuaresma.